Descubrimientos minerales en China
Los peligros de ser exportadores primarios
Política: Nuevos yacimientos de cobre y hierro en China podrían poner en riesgo las exportaciones regionales. Mientras, los profetas de las commodities se hacen los distraídos. Una información surgida en China alertó sobre los peligros de ser sólo exportadores de materias primas. Las autoridades gubernamentales en Beijing anunciaron la semana pasada el hallazgo de nuevos y significativos yacimientos de minerales en la remota zona del Tíbet.
Específicamente, se mencionó el descubrimiento de cobre y hierro, dos metales muy solicitados por la creciente industria asiática. La nación más populosa del mundo importa cantidades siderales de estos dos commodities, siendo Chile su principal abastecedor del metal de uso más antiguo por parte del hombre, mientras que Brasil y Perú lo son con respecto al hierro.
Al principio la información causó temor en nuestros vecinos, principalmente en Santiago de Chile, debido a la dependencia de la nación trasandina de las exportaciones cupríferas al Lejano Oriente. Y también en Brasilia y Lima, abastecedores importantes de mineral de hierro de la nación asiática. Pero, tras conocerse detalles de las nuevas posesiones chinas, el temor se disipó. El motivo fue que la magnitud de los yacimientos no es suficiente como para sustituir las importaciones sudamericanas.
No obstante, el peligro no ha sido disipado. China es el mayor consumidor de mineral de hierro y cobre del mundo, y su apetito por ellos mantiene a los precios altos. Los minerales, como todos los commodities, tiene un precio mundial, que se dirimen (grosso modo) en base a la oferta y a la demanda. Si surgen nuevos yacimientos –es decir, aumenta la oferta- el precio va a descender. Aunque los hallazgos no son de magnitud, podría significar que el valor de estos dos metales básicos baje.
¿Qué fue lo que se había anunciado? Que en la región del Tíbet chino, se habían descubierto “grandes” yacimientos de ambos metales. Y recordemos que cuando se usa ese adjetivo para todo lo que sea chino, cualquier estimación corre el riesgo de quedarse corta. Pero luego llegaron las aclaraciones, y la nueva inicial quedó desvirtuada: lo descubierto no alteraría en mayor medida al mercado minero mundial.
Aunque todavía falta certificar, las estimaciones previas mencionan volúmenes menores de cobre. Se calcula que habría una reserva de 18 millones de toneladas de cobre en la cordillera tibetana. Específicamente, dicho yacimiento se encuentra en el área de Qulong, y podría tener una extensión de hasta 400 kilómetros y está ubicado en la cuenca del río Brahmaputra. Otros diez millones de toneladas de cobre han sido encontradas en la provincia de Yunnan, vecina al Tíbet.
China produce 600.000 toneladas de cobre anuales, e importó más de 730.000 toneladas del mineral en 2006, pero los geólogos de ese país esperan que los nuevos hallazgos reduzcan hasta en un tercio las compras del exterior.
Para saber de qué hablamos, debemos referirnos al total mundial. El cobre fue el primer metal que usó el hombre, y Chile es el país con las mayores reservas y con mayor producción. El diario de negocios The Wall Street Journal definió a la nación trasandina como “la Arabia Saudita del cobre”, igualando el papel central que tiene la nación árabe en el mercado del petróleo crudo con la posición chilena con respecto al metal. Aunque, para ser exactos, la situación de Santiago es muy superior a la de Riad: Chile dispone del 40 por ciento de las reservas cupríferas mundiales, y una de cada tres toneladas de cobre extraídas en el mundo salen de las minas chilenas.
En fríos números, Chile produce 5.000.000 de toneladas anuales del metal rojo, el 36 por ciento del total mundial. Y según la agencia estadounidense de prospecciones geológicas (US Geological Survey) las reservas comprobadas mundiales ascienden a 940 millones de toneladas, ubicándose el 40 por ciento en territorio chileno.
Es decir, que China produce en un año lo que a Chile le toma un mes. Y los 18 millones de toneladas halladas no llegan ni a la quinta parte de la mina de Chuquicamata, la mayor del mundo a cielo abierto. Como se ve, el liderazgo chileno no corre riesgos.
Pero, si se cumplen las previsiones de Beijing, China podría reducir en un tercio las importaciones de cobre, aspecto este que sí provocaría una disminución del precio del metal y una caída en el valor de las exportaciones chilenas. El 30 por ciento de las ventas externas chilenas son cobre y sus derivados, alrededor de 13.000 millones de dólares. Es decir, podría significar un contratiempo no esperado. El Estado vecino percibe importantes ingresos por las regalías minerales y por el manejo de la Corporación del Cobre (Codelco) la empresa minera estatal.
Con respecto al anuncio de hallazgo de hierro, quienes pudieran salir perjudicados en la región son Brasil y Perú. En la zona china de Nixiong se calcula que los descubrimientos de metal ferroso podrían ascender a 1.000 millones de toneladas. Según expertos citados por la prensa oficial, el hallazgo "podría poner fin a 30 décadas de dependencia en las importaciones de mineral de hierro enriquecido", que hasta ahora no había sido nunca descubierto en tierras chinas, según informó EFE.
Durante 2006, el estado asiático importó 326 millones de toneladas de mineral de hierro, y fue uno de los más afectados por el alza de precios de esta materia prima entre 2004 y 2006, que superó el 164 por ciento. A su vez, la producción mundial de acero es de 1.000 millones de toneladas anuales, de las que la tercera parte se obtienen en la siderurgia china.
Brasil es uno de los principales exportadores de mineral de hierro, junto a Australia. Y en los próximos años debe irrumpir también Bolivia como un importante actor. A modo de comparación, el yacimiento boliviano de El Mutún, posee mineral de hierro por 40.000 millones de toneladas.
Quizás, como se especula en Chile, el anuncio chino sea parte de una maniobra informativa para alterar el precio del cobre. En ningún caso las exportaciones sudamericanas van a correr riesgos, pero sí puede alterarse la ecuación económica e incluso la estrategia de crecimiento. Santiago de Chile es la capital que más tratados de libre comercio tiene suscriptos e nivel mundial, y como indican los manuales de Economías, para poder importar se debe exportar. Si caen las colocaciones externas, se va a hacer más difícil poder pagar las compras.
Pero la información oriental encendió nuevamente el alerta sobre la dependencia de las ventas de unos productos con poco valor agregado. Del mismo modo que cualquier información sobre el cobre va a alterar las perspectivas chilenas, anuncios similares con respecto a la soja van a preocupar a los países miembros del Mercado Común del Sur (Mercosur), y así podríamos continuar. Por este motivo, es que más pronto que rápido se debe avanzar hacia una mayor industrialización de los recursos primarios, y una diversificación de la producción. Para que la buena ventura de nuestros pueblos no dependa sólo del buen momento del comercio internacional. APM