Si el Congreso no responde de manera efectiva, el presidente tendrá el poder absoluto para llevar al país a la guerra por su cuenta, en cualquier lugar, en cualquier momento y por cualquier motivo.
El ataque con aviones no tripulados que mató al mayor general Qassem Soleimani, líder de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, plantea muchos problemas legales, pero uno de los más importantes, al menos para el orden constitucional estadounidense, es que el presidente Donald Trump ordenó el ataque sin siquiera informar al liderazgo demócrata en el Congreso, sin tener en cuenta el papel esencial del Congreso en el inicio de la guerra. Si el Congreso no responde de manera efectiva, el orden constitucional se romperá sin posibilidad de reparación, y el presidente tendrá el poder absoluto para llevar al país a la guerra por su cuenta, en cualquier lugar, en cualquier momento y por cualquier motivo...
... Sin ninguna autoridad legal más sólida para citar, la administración Trump parece haber recurrido a la afirmación de que estaba actuando en defensa propia. Aunque la administración aún no ha proporcionado ninguna explicación clara de la legalidad de los ataques, ha ofrecido varias pistas de que la justificación central es el derecho del presidente a defenderse en nombre de los Estados Unidos. El Departamento de Defensa emitió una breve declaración en la que sugiere que el ataque se justificó como un acto de defensa "destinado a disuadir futuros planes de ataque iraníes". El secretario de Estado Mike Pompeo luego afirmó con más fuerza que el ataque tenía como objetivo interrumpir un "ataque inminente". "
Sin embargo, un nuevo informe de The New York Times concluye que "la evidencia que sugiere que habría un ataque inminente contra objetivos estadounidenses es 'muy delgada'". Según los informes, un funcionario del gobierno de los Estados Unidos describió la afirmación de que Soleimani estaba planeando un ataque "que podría matar a cientos "como" un salto ilógico ".
En resumen, no parece haber una amenaza inminente que justifique la acción unilateral del presidente.
Este reclamo, si fuera cierto, podría resolver los problemas legales nacionales e internacionales de la administración de inmediato. Tanto la Constitución de los EE. UU. Como la carta de la ONU incluyen una excepción para la autodefensa.
Según el Artículo II de la Constitución, el presidente puede actuar para responder a las amenazas inminentes a la nación. La idea original era que puede haber ocasiones en que no sea práctico o imposible convocar al Congreso, algo que era especialmente cierto cuando la comunicación y los viajes podían llevar semanas. En tales casos, al presidente no se le impedirá tomar las medidas necesarias para defender a la nación hasta que se pueda convocar al Congreso.
La ONULa carta, que prohíbe a un estado recurrir unilateralmente al uso de la fuerza contra otro estado, también permite una excepción en los casos en que el estado haya sido objeto de un ataque armado o, según la mayoría de los expertos, estará inminentemente sujeto a dicho ataque. .
En ambos casos, la excepción es limitada: la amenaza debe ser tan extrema e inminente que no sería razonable buscar las aprobaciones necesarias antes de tomar medidas para defender al país.