Se dice que MINDEF compraría 120 tanques T-90S rusos, pero esta cifra no se ha confirmado. Haría bien el gobierno en divulgar la cifra exacta en aras de la transparencia. Durante el gobierno velasquista se compraron 250 tanques T-55 que hoy no sirven ni para convertirlos en tractores (mover esas viejas máquinas de 8 toneladas requiera tanto combustible como para empeñar toda la cosecha). También se dice que cada T90S vale 2,5 millones de dólares cada uno, es decir, 400 mil dólares menos que el precio de los tanques Leopard ofertados por Holanda.
http://www.larepublica.pe/19-09-2013...cticas-de-tiro
Dólares más dólares menos me da la impresión que comprar tanques es gastar pólvora en gallinazos. En los alucinados pronósticos de una guerra con Chile no faltan los entusiastas que sueñan con una batalla de tanques a lo Alamein o una réplica de la batalla en el Arco de Kurks. Pero la realidad es otra. Apostaría que en caso de conflicto ambas divisiones de tanquistas rivales no se verían ni los cañones pues la fuerza aérea los dejaría inservibles antes de acercarse al frente de batalla.
Los tanques hoy en día son un anacronismo. Sorprendieron al mundo cuando las divisiones nazis arrasaron a la caballería polaca en septiembre de 1939. Antes de eso, los italianos ensayaron con sus tanques durante la Guerra Civil Española, pero todo terminó en un papelón para las fuerzas blindadas del Duce. Igual sucedió en la invasión soviética a Finlandia, donde los tanques de la URSS fueron presa fácil de las divisiones de cazadores antitanque finlandeses, inventores del ahora célebre “cóctel Molotov”, llamado así para burlarse del entonces Canciller soviético.
En los territorios de la Unión Soviética los tanques alemanes entraron como en su casa porque estaban precedidos por el implacable bombardeo de su fuerza aérea. Pero cuando empezó el invierno se convirtieron en una pesadilla para los invasores. Y en Stalingrado sólo sirvieron para que los heroicos defensores de la ciudad-símbolo soviética se lucieran destruyendo tanques en medio de los escombros de la ciudad. Luego vendría el Arco de Kurks, considerada hasta la fecha la mayor batalla de tanques y cañones autopropulsados en la historia, pero lo cierto es que los Panzer, Panther, Tiger y Feerdinad de los nazis se enfrentaron a los T34 soviéticos y, en ambos bandos, sufrieron terribles bajas por el accionar de los recién estrenados cañones antitanques y los ataques aéreos contra lo que los tanques nada podían hacer.
No voy a negar la importancia de los tanques en la Segunda Guerra Mundial pero ese conflicto también significó el inicio del fin de los tanques como arma disuasiva. Primero, este tipo de mega-guerras no se repetirán y, segundo, muchos estrategas se dieron cuenta que antes de gastar miles de millones de dólares en tanques, lo mejor es invertir en la nueva tecnología antitanque, mucho más barata y fácil de implementar.
En Vietnam los tanques sólo sirvieron para acelerar la humillante derrota de la US Army. En Afganistán, los poderosos tanques soviéticos sólo sirvieron para hacer más lento el avance de las tropas invasoras. En Medio Oriente la última gran batalla con tanques se dio en la Guerra de los Seis Días, pero esos blindados sirvieron porque previamente los aviones israelíes habían arrasados con la fuerza aérea egipcia. El último papelón fue en la invasión de la Libia de Kadafi al vecino Chad, donde el pequeño ejército de Chad derrotó y humilló a los tanquistas libios con camionetas pick-up (Toyota, Land-Rover y Nissan) artilladas con una ametralladora calibre .50 y con una tripulación de comandos armados con bazookas y otras armas portátiles antitanques como las sorprendentes RPG rusas o los misiles anticarro Kornet. El desierto de Chad se convirtió en el cementerio de cientos de tanques libios.
Ver…
http://www.larepublica.pe/27-09-2011...e-va-la-guerra
Desde entonces, las pick-up artilladas se han convertido en la mejor arma para destruir tanques dentro y fuera de la ciudad. Tanto así que en Tailandia se instaló una fábrica especializada en transformar las camionetas pick-up de doble cabina en vehículos útiles para los comandos cazadores de tanques.
Ni qué decir de lo que viene sucediendo en Irak, Afganistán y, más recientemente en Siria, donde los tanques son destruidos rápidamente apenas se internan en la ciudad. Para variar con pick-up artilladas, viejas “bazookas” y misiles tierra-tierra maniobrados por grupos de dos o tres milicianos.
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Para todos esos alucinados en una guerra con Chile sólo les recomendaría sacar cuentas: vamos a gastar casi mil millones de dólares en comprar tanques cuando se podrían invertir unas cuantas decenas de millones en equipos para la infantería antitanque (armados con RPG rusos, por ejemplo), equipar aviones y adquirir drones con misiles aire-tierra. Nos podríamos ahorrar varios cientos de millones de dólares para mejorar las instalaciones de las tres fuerzas armadas.
En todo caso, ojalá exista transparencia en la compra de los tanques. No vaya a ser como la fallida “travesura” de Alan II, quien pretendió encajarnos un mamarracho chino que parecía un tanque de fumigación por el humo con el que envenenó los pulmones de los asistentes a la parada militar. Ese tanque era una versión “modernizada” de los viejísimos T55 y Alan II nos quiso enyucar con ese blindado justo después de su gira a China, donde hizo grandes amigos entre los traficantes de chatarra militar.
Historia nacional de la infamia
Insisto, la transparencia es fundamental. No puedo olvidar que a mediados de los años 90, mientras el gobierno de Fujimori hacía el negocio de su vida comprando en secreto cazas bombarderos MIG 29, en Chile se abrió un debate nacional para discutir qué modelo de caza bombardeo era el conveniente para renovar su flota militar aérea.
Lo curioso es que aquí la dupla Fujimori-Montesinos, el entonces Ministro de Defensa, general EP Víctor Malca y los traficantes de turno, decidieron comprar top-secret los cazas MIG 29 que pertenecieron a la fuerza aérea de Bielorusia, que se acababa de estrenar como país luego de independizarse de la Unión Soviética apenas cayó el Muro de Berlín. El problema es que los aviones se compraron como si se tratara de naves nuevas, recién saliditas de fábrica, cuando lo cierto es que tenían varios años volando y, lo que es peor, se vendían sin la garantía de contar con motores y repuestos básicos para su funcionamiento. Los rusos -fabricantes de los MIG- habían advertido claramente que cualquier compra de armas a los ejércitos de las ex repúblicas soviéticas no contarían con el suministro de repuestos ni la tecnología necesaria para volar.
En aquellos días me desempeñaba como editor de la revista DOMINGO, de la República, cuando Juan de la Puente trajo la primicia del negociado en la compra de los MIG 29. Sus fuentes eran de confiar, contrastamos información, encontré fotos de los MIG 29 en mis revistas de armamento (era 1993 y aun no había internet) y le dediqué tres páginas y la foto de portada: El general Malca con un MIG 29 entre manos.
El informe provocó un terremoto político. Al día siguiente, lunes, el recordado Manuel D’Ornellas, entonces director del fujimorista diario Expreso, dedicó su columna -ilustrada con la portada de DOMINGO- al escándalo, exigiendo además la renuncia del general Malca. El martes, Malca presentaba su renuncia y todo hacía presagiar que sería investigado… pero fue premiado con su nombramiento como embajador peruano en México, con resolución firmada por el propio Fujimori.
La Unidad de Investigación de La República asumió el caso del negociado en la compra de los MIG 29, y el propio Ángel Páez fue desentrañando la trama en sucesivos informes hasta demostrar que se trató de un millonario negociado y uno de los mayores escándalos de la administración Fujimori. Es decir, una más para la historia nacional de la infamia.
Pero Montesinos tenía comprada a toda la prensa y fueron publicadas decenas de informes demostrando las bondades de la compra de los cazas bielorusos. Meses después del escándalo, el propio Fujimori presentó “ante la prensa nacional e internacional” y ante sus geishas de la prensa local a los benditos MIG 29. La presentación fue patética: Un avionero de la FAP arrastraba el MIG 29 recién salidito del angar. La nave no volaba porque no tenía sus reactores pues los rusos habían dejado en claro que no venderían repuestos para sus aviones vendidos por traficantes de armas. Los fotógrafos y camarógrafos tomaron las imágenes de rigor y el avión fue empujado de vuelta al angar. Parecía la presentación de un automóvil en el Motor Show.
Qué diferencia con la presentación de los cazas F 16 adquiridos para la Fuerza Aérea de Chile. Las naves fueron compradas luego de meses de debates públicos y de una transparente licitación. En la ceremonia una docena de aviones volaron en escuadra sobre el cielo de Santiago dejando un rastro de humo con los tres colores de la bandera chilena y se perdieron entre los nevados que rodean Santiago no sin antes romper la barrera del sonido para impresionar al respetable.
Aquí, en cambio, lo benditos MIG 29 llegaron a volar luego de firmar un tratado con los fabricantes rusos… pero los traficantes hicieron su agosto y el general Malca celebraba como embajador en México. Meses después, Malca y los traficantes recomendados por la dupla Fujimori-Montesinos, ordenaron la compra de cientos de fusiles de asalto Galill, de fabricación israelí, descartados por el ejército mexicano
Lo curioso es que tanto Fujimori como Montesinos están presos, los traficantes siguen haciendo de las suyas y el general Víctor Malca sigue prófugo, gastando los millones robados al Perú con la compra de armas viejas y chatarra de cuartel.
Claro que todo gobierno tiene su anticucho en la compra de armas. Antes de la dupla Fujimori-Montesinos, el gobierno de Alan I hizo de las suyas con la compra de los Mirage 2000 y otros equipos. Recuerdo, por ejemplo, la compra de fusiles de asalto AKM (similares al AK 47) pero fabricados en Corea del Norte. Esos son los vejestorios que sigue usando la Policía Nacional del Perú. Y es que los Kalashnikov son tan buenos que no importa si los fabrican en Corea del Norte o, más cerca, ahora en Venezuela.
Y si seguimos retrocediendo en el tiempo tenemos las compras durante la dictadura militar. Velasco apostó por las armas soviéticas pero sólo en tanques y helicópteros. Varios militares y civiles salieron de la pobreza con esas compras, aprovechando el secretismo y la inexistencia de prensa libre para denunciar los sobreprecios. Lo cierto es que durante el gobierno del general Velasco y de su golpista-sucesor, Morales Bermúdez existió un pacto con la fuerza armada argentina que, entre otras cosas, se construyó la central atómica de Huarangal (dicen que costó 10 pero cobraron como si costara 100), se adquirieron hasta cohetes para un “seudo programa -espacial” (hace pocos semanas Conida hizo despegar uno de estos viejos cohetes regalados por los argentinos. Y llegaron a construir un “taller de reparación” de tanques rusos (¿qué saben los militares argentinos de los tanques rusos?) instalado en pleno polígono de tiro General Muñìz, en el cuartel “la Blindada” del Rímac, acabando para siempre con el campo donde practicábamos tiro con trinchera de objetivos a 400 metros de distancia y donde se realizaban los célebres concursos de tiro con los recordados fusiles Máuser cañón corto reformado 7,62 mm.
Qué pena que en esos años no había prensa libre para denunciarlos.