Diego Gómez, 20 de febrero de 2023

Entrevistamos a Pedro Cateriano Bellido, ex ministro de Defensa y ex presidente del Consejo de Ministros del Perú. Conversamos con él del papel de las Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad en la situación de violentas revueltas que vive el país, la influencia de los países vecinos en esta crisis y del momento complejo que atraviesa la democracia en Perú.
¿Qué cree que está ocurriendo dentro y fuera de Perú para que, quien trató de dar un golpe de Estado, Pedro Castillo, sea percibido casi como un héroe en tanto se criminaliza la acción de las Fuerzas Armadas y los cuerpos de seguridad?
Bueno, Pedro Castillo está en prisión por mandato judicial, porque dio un golpe de Estado que no tuvo éxito y por acusaciones de corrupción. Pero lo que hay que destacar en este caso es el papel que han desempeñado las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. A diferencia del pasado, en esta ocasión las Fuerzas Armadas no apoyaron la aventura golpista de Castillo y esa es una de las razones del fracaso de la asonada de Castillo.
Desde el punto de vista constitucional, la actuación en ese ámbito de las Fuerzas Armadas ha sido impecable e inédita en la historia del Perú, que, al igual que en muchos países latinoamericanos, lamentablemente han estado al lado del golpista.
Y creo que esto marca un antes y un después, no sólo en el Perú. Por lo tanto, desde el punto de vista político, el rol desempeñado por las Fuerzas Armadas hay que destacarlo y mencionarlo como un aspecto positivo dentro de la crisis.
Pero, ¿cuál es el mecanismo que explicaría que buena parte de la sociedad le siga apoyando?
Ahí intervienen aspectos netamente políticos y no de respeto al orden democrático y constitucional, y es que hay un sector que se ha comprado el discurso político de un ataque contra un profesor modesto de origen popular. El gobierno de Castillo a lo largo del tiempo ha ido empleando una política de enfrentamiento entre los peruanos, los ricos contra los pobres, los blancos contra los indígenas, etc., y esto se ve incrementado porque, ha habido también una injerencia a nivel internacional, que ha apoyado este mensaje.
Hemos visto, por ejemplo, cómo desde el principio de la crisis, el presidente de México, López Obrador, el presidente de Colombia, Petro, y los de Bolivia, Arce y Argentina, Fernández intervinieron en este caso defendiendo al golpista, es más, en el caso del Presidente de Colombia, Petro uso la mentira de una manera descarada, dijo que Castillo había sido detenido sin mandato judicial, cosa que no es cierta.
El presidente López Obrador le dio asilo a la esposa de Castillo y a sus hijos, el Gobierno de la presidenta Boluarte no puso obstáculos, pero hay que remarcar que el asilo político es una figura de protección a los perseguidos políticos y la señora Del Castillo, no es una perseguida política, o sea que hay acá un ingrediente de injerencia inaceptable que llevó al gobierno a declarar persona no grata al embajador de México, que se retiró del país, pero eso no ha culminado hace dos días, el presidente de Colombia Petro ha agraviado a la Policía Nacional, la ha acusado de emplear métodos nazis.
Entonces acá ciertamente estamos en una situación compleja, no solo a nivel interno, sino también en el contexto de las relaciones internacionales con países que tradicionalmente siempre tuvimos un nexo fluido y de hermandad. El caso que llama la atención también es el de México, porque en su política exterior siempre ha fomentado el principio de la no intervención y en este caso, México, en plena acción golpista, estaba permitiendo que Castillo huyera, es más, la intervención de López Obrador alerta a la policía de que Castillo estaba fugándose a la embajada de México para asilarse. La historia del profesor pobrecito de origen rural, identificado con las grandes mayorías, no se ajusta a la verdad, porque estamos ante un caso, no sólo, de una acusación tan grave como romper el orden constitucional, aunque haya sido de manera breve y haya fracasado, sino también de graves imputaciones de carácter penal, que provienen de su entorno íntimo, no de acusaciones de la oposición o del parlamento timorato que hemos tenido, que reaccionó después del mensaje a la nación golpista.
Acá hay ciertamente otros aspectos que se han tratado de tergiversar, pero estamos ante una persona que es acusada de romper el orden constitucional y de graves cargos de imputación de carácter penal.
Esta crisis se agrava por el hecho de que, el ministro de Transportes y Comunicaciones de Castillo se fuga del país, su secretario de la Presidencia, Pacheco, a quien la Fiscalía le encontró miles de dólares, en su oficina en el palacio de gobierno. Huye su sobrino carnal, también acusado de actos delictivos. Entonces Castillo actúa desesperadamente e intenta explicar y justificar su conducta golpista, porque se vio acorralado por los escándalos de corrupción y acaso eso lo precipitó. ¿Por qué fracasa el golpe de Castillo? Reitero, porque las Fuerzas Armadas no acataron esa orden y, por el contrario, se pusieron al lado del respeto del orden constitucional.
Entonces, ¿por qué se está poniendo en duda el posicionamiento de las Fuerzas Armadas en defensa del orden constitucional?
Los que están en contra del actual gobierno argumentan lo que quieren, cuestionan la sucesión constitucional y olvidan el abrumador voto del Congreso que lo vacó, que incluyó votos de congresistas de la izquierda. Castillo fue elegido en una misma fórmula electoral mediante con la señora Boluarte, la acusan ahora de traidora, de genocida, pero hay que hacer un poco de memoria, la señora Boluarte fue ministra durante el año y medio del calamitoso gobierno de Castillo, y siempre estuvo al lado de él, en todos los actos gubernativos, vergonzosos y criticables.
Ella fue una aliada leal. ¿Cuándo rompe con él?, cuando Castillo da el golpe de Estado, y ¿por qué accede a la presidencia de la República? porque es lo que establece la Constitución. Ahora bien, ¿es la presidenta Boluarte una derechista neoliberal, como dice ahora la izquierda radical?, no, ella sigue siendo una mujer de izquierda, además, lo ha confesado, lo ha reiterado, pero acá estamos en un proceso también de falsificación de los hechos.
¿Qué es lo que está realmente pasando? desde que juró el cargo, la izquierda radical quiere romper el orden constitucional, quiere que se impulse una Asamblea Constituyente con poder limitado, imitando el proceso chileno. Y ya sabemos lo que son estos gobiernos con asambleas constituyentes. Veamos el dramático caso de Venezuela, buscan la perpetuación en el poder. Y esta intentona golpista de Castillo demuestra que han estado en el gobierno personas sin auténticas convicciones democráticas, porque ¿quién da un golpe de Estado? una persona que no tiene una formación democrática.
Cuando votamos por el señor Castillo, sabíamos que no tenía experiencia de gobierno, que era impulsado por un partido marxista leninista, que tampoco tenía cuadros técnicos, entonces tampoco debe sorprendernos esta situación. Ahora, la izquierda radical busca con habilidad el apoyo sobre todo en la región sur del país, porque esas regiones históricamente han sido gobernadas por movimientos regionales de izquierda. Acá es lo que llama la atención. El drama del Perú en el pasado era que el Estado no tenía dinero, imprimía billetes sin valor y eso ocasionó la hiperinflación y la quiebra del Estado. Hoy el drama es que el Estado tiene dinero y gobernantes regionales que son incapaces por ineptitud y corrupción de administrar los recursos económicos del país. Eso se refleja en la crisis de hoy.
La estrategia del Gobierno para enfrentar los actos violentistas no ha sido la adecuada, la impericia de la presidenta Boluarte y del gobierno es evidente, en democracia no cabe justificar el número de muertos que hemos tenido, pero de ahí a sostener, como intenta la izquierda radical que estamos ante una dictadura cívico militar, eso no es cierto, eso es una falsedad, dice algo. Ellos cambian camaleónicamente y muy rápidamente de discurso.
Primero pedían la libertad de Castillo, cuando vieron que eso no era posible, empezaron a solicitar una Asamblea Constituyente y la renuncia de la señora Boluarte. El grito de batalla ahora es: “Dina, genocida, renuncia”. Estamos pagando las consecuencias también de una presidenta que ha demostrado incapacidad en el manejo de la crisis, eso es evidente, ahora, como estamos en democracia, estas muertes están siendo investigadas por el Ministerio Público, es decir, por la Fiscalía de la Nación, y esos procesos tendrán que aclarar la realidad de lo acontecido.
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