Conocido es por todos el argumento del vecino país del norte sobre la importancia de que una fuerza terrestre tenga o no experiencia en combate.
Abro este Thread, con la sola motivación de demostrar o corroborar que esta experiencia (muy importante), puede ser asimilada o sustituida con lo mejor de la tecnología y lo mejor del trabajo, ademas del entrenamiento que se realiza bajo estándares OTAN.
El ECH y en general todas las ramas de las FA`s poseen distintos sistemas de instrucción, capacitación y entrenamiento, los cuales desarrollan las capacidades del combatiente chileno para enfrentar el campo de combate de la mejor forma posible.
A continuación, procederé a destacar los puntos mas altos de la doctrina impuesta por las FA`s chilenas y también el entrenamiento de la fuerza terrestre, lo cual da por resultado uno de los ejércitos mejor equipados y entrenados de la región, solo sobrepasados, tal vez, por Brasil.
Doctrina:
Extracto
Fuente:General de Ejercito (r) Ricardo Izurieta Caffarena
Como comentario, solo basta hacer mención y una muestra de la doctrina y disciplina de las FA`s en la Gran Parada Militar u otros desfiles de características cívico militar, donde se marca una gran diferencia con otras FA`s de la región y por que no decirlo del mundo.
Posteriormente me referiré a los sistemas de capacitación, entrenamiento e instrucción en el ECH.
Abro este Thread, con la sola motivación de demostrar o corroborar que esta experiencia (muy importante), puede ser asimilada o sustituida con lo mejor de la tecnología y lo mejor del trabajo, ademas del entrenamiento que se realiza bajo estándares OTAN.
El ECH y en general todas las ramas de las FA`s poseen distintos sistemas de instrucción, capacitación y entrenamiento, los cuales desarrollan las capacidades del combatiente chileno para enfrentar el campo de combate de la mejor forma posible.
A continuación, procederé a destacar los puntos mas altos de la doctrina impuesta por las FA`s chilenas y también el entrenamiento de la fuerza terrestre, lo cual da por resultado uno de los ejércitos mejor equipados y entrenados de la región, solo sobrepasados, tal vez, por Brasil.
Doctrina:
Extracto
Para un hijo de esta tierra, sigue siendo motivo de orgullo vestir el uniforme del Ejército, y todo ciudadano que ingresa a nuestras filas, hace un explicito reconocimiento y adhesión de un profundo amor a la patria.
Quien cruza el umbral de los cuarteles, lo hace sabiendo que debe actuar conforme al marco valórico de un soldado chileno.
Todo ello, aparentemente podría tener igual sentido y aplicación en cualquier empresa humana mas, la diferencia surge al momento en que este ciudadano, a quien Chile le ha confiado su Defensa, sella su compromiso con un juramento frente a la bandera nacional, donde afirma públicamente ante Dios y la sociedad a la que se debe, que rendirá la vida si fuese necesario por el servicio a la patria.
Este hecho marca la diferencia con otras profesiones, lo que vinculado al análisis de los aspectos centrales de esta exposición, estimo necesario destacar.
La doctrina del Ejército está orientada para ser aplicada por los integrantes de la Institución en todos los grados, escalafones y categorías y en cualquier momento y lugar.
Ciertamente que la responsabilidad de su cumplimiento va en relación directa al grado o cargo que se ejerce y serán, en consecuencia, los niveles superiores los responsables de la correcta aplicación de la doctrina por parte de sus subalternos.
Esta Doctrina se constituye en una línea que orienta y clarifica el actuar de nuestro personal respetando los legítimos niveles de libertad personal pero, exigiendo de ellos una unidad de conducta coherente con aquello que consideramos esencial y permanente.
En este contexto, lo que le corresponde al Mando del Ejército es reflexionar sobre lo esencial del quehacer Institucional y proponer a la luz de los nuevos desafíos y exigencias aquello que nos permita optar por la mejor solución que satisfaga la demanda que nos hace la sociedad.
Lo que le corresponde al Comandante en Jefe del Ejército, es velar siempre por el interés de la Institución, como un aporte real al bien común del país.
Lo que le corresponde al personal bajo mi mando, es actuar fielmente conforme a nuestra doctrina.
Ahora bien, ella tiene características fácilmente identificables:
En primer lugar, la doctrina, de ayer, hoy y mañana no tiene apellidos ni calificativos, siendo una sola, la del Ejército de Chile.
Un segundo elemento, se refiere a que el soldado es por principio, un servidor, es decir que está dispuesto a entregarse por una causa superior, en este caso la protección del interés general, lo que excluye en consecuencia la búsqueda de protagonismos o afanes de grandeza u otros objetivos subalternos.
En tercer lugar, debido a la naturaleza de Organismo del Estado de nuestra Institución, su doctrina no debe ser objeto de conflicto o de actitudes que lesionen al interés y a la necesaria unidad nacional, ya que aquello afecta precisamente lo que más deseamos proteger: la comunidad nacional.
En cuarto lugar, nada más alejado de esta doctrina que el personalismo o el deseo de protagonismo. Nada más acorde a ella es el hecho de posponer nuestros legítimos intereses en aras del bien del Ejército y de la Patria.
Finalmente, resulta contrario a esta doctrina, el apego a corrientes o ideologías que no sean exclusivamente los postulados de la propia Institución y del país, ello se explica porque nuestro ámbito de acción, junto con nuestra vocación de servicio, se aplican sin excepciones a toda la sociedad.
Quien cruza el umbral de los cuarteles, lo hace sabiendo que debe actuar conforme al marco valórico de un soldado chileno.
Todo ello, aparentemente podría tener igual sentido y aplicación en cualquier empresa humana mas, la diferencia surge al momento en que este ciudadano, a quien Chile le ha confiado su Defensa, sella su compromiso con un juramento frente a la bandera nacional, donde afirma públicamente ante Dios y la sociedad a la que se debe, que rendirá la vida si fuese necesario por el servicio a la patria.
Este hecho marca la diferencia con otras profesiones, lo que vinculado al análisis de los aspectos centrales de esta exposición, estimo necesario destacar.
La doctrina del Ejército está orientada para ser aplicada por los integrantes de la Institución en todos los grados, escalafones y categorías y en cualquier momento y lugar.
Ciertamente que la responsabilidad de su cumplimiento va en relación directa al grado o cargo que se ejerce y serán, en consecuencia, los niveles superiores los responsables de la correcta aplicación de la doctrina por parte de sus subalternos.
Esta Doctrina se constituye en una línea que orienta y clarifica el actuar de nuestro personal respetando los legítimos niveles de libertad personal pero, exigiendo de ellos una unidad de conducta coherente con aquello que consideramos esencial y permanente.
En este contexto, lo que le corresponde al Mando del Ejército es reflexionar sobre lo esencial del quehacer Institucional y proponer a la luz de los nuevos desafíos y exigencias aquello que nos permita optar por la mejor solución que satisfaga la demanda que nos hace la sociedad.
Lo que le corresponde al Comandante en Jefe del Ejército, es velar siempre por el interés de la Institución, como un aporte real al bien común del país.
Lo que le corresponde al personal bajo mi mando, es actuar fielmente conforme a nuestra doctrina.
Ahora bien, ella tiene características fácilmente identificables:
En primer lugar, la doctrina, de ayer, hoy y mañana no tiene apellidos ni calificativos, siendo una sola, la del Ejército de Chile.
Un segundo elemento, se refiere a que el soldado es por principio, un servidor, es decir que está dispuesto a entregarse por una causa superior, en este caso la protección del interés general, lo que excluye en consecuencia la búsqueda de protagonismos o afanes de grandeza u otros objetivos subalternos.
En tercer lugar, debido a la naturaleza de Organismo del Estado de nuestra Institución, su doctrina no debe ser objeto de conflicto o de actitudes que lesionen al interés y a la necesaria unidad nacional, ya que aquello afecta precisamente lo que más deseamos proteger: la comunidad nacional.
En cuarto lugar, nada más alejado de esta doctrina que el personalismo o el deseo de protagonismo. Nada más acorde a ella es el hecho de posponer nuestros legítimos intereses en aras del bien del Ejército y de la Patria.
Finalmente, resulta contrario a esta doctrina, el apego a corrientes o ideologías que no sean exclusivamente los postulados de la propia Institución y del país, ello se explica porque nuestro ámbito de acción, junto con nuestra vocación de servicio, se aplican sin excepciones a toda la sociedad.
Como comentario, solo basta hacer mención y una muestra de la doctrina y disciplina de las FA`s en la Gran Parada Militar u otros desfiles de características cívico militar, donde se marca una gran diferencia con otras FA`s de la región y por que no decirlo del mundo.
Posteriormente me referiré a los sistemas de capacitación, entrenamiento e instrucción en el ECH.
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