Originalmente publicado por ChrisBV
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Gracias por la aclaración, César. Desconocía esa información.
Otra arma disponible para el Mirage 5 peruano que me parece intrigante y sobre la cual hay relativamente poca información fue el misil aire-superficie Nord (Aérospatiale) AS.30 de fabricación francesa. La FAP adquirió originalmente este sistema de armas para sus bombarderos Canberra B(I)Mk.56 adquiridos a fines de la década de los '60 - un ejemplar del cual puede verse colgando del ala de babor del FAP #244 en la siguiente imagen de BAC, obtenida del libro "BAC Canberra en Argentina y Perú" (uno de cuyos autores es Amaru Tincopa):

En el Canberra, el lanzamiento del AS.30 se hacía desde el puesto del navegante/bombardero a través del complejo de puntería SFOM 83A; el artillero guiaba manualmente el misil con un pequeño joystick, a través de un enlace radio UHF, empleando una bengala de magnesio a popa del misil como referencia. El lanzamiento normalmente se efectuaba a una distancia de 13 kilómetros del objetivo y a un ángulo de picada negativa de 30° (para asegurar separación adecuada entre el misil y el avión), medio segundo después de lo cual el bombardero podía asumir el control y guiar el arma. El tiempo de vuelo bajo dichas condiciones era de aproximadamente 25 segundos.
En el Mirage 5P de un solo puesto, el joystick se encontraba sobre la consola derecha del cockpit y era el piloto el que tenía que volar y guiar el misil simultáneamente. Un único AS.30 se podía montar en el afuste ventral, tal como muestra la siguiente imagen de Dassault:

Como referencia adicional, en ESTA IMAGEN DEL M5P FAP #183 colgada páginas atrás se puede ver claramente la antena de la unidad de telecomando Nord 6071 B frente al pozo del aterrizador principal de babor.
Curiosamente, en la FAP, al Mirage 5P monoplaza parece haberle ido mejor empleando el AS.30 en ejercicios que al Canberra, que contaba con el beneficio de un tripulante adicional encargado de la preparación, disparo y guía del misil; en el siempre interesante e inspirado blog Arriba Siempre Arriba hay un artículo que recoge la experiencia vivida el 12 de mayo de 1971 durante un ejercicio de tiro en el polígono de Cerro Reque, próximo a la base aérea de Chiclayo, en el que participó un Canberra y un Mirage 5P (#186) y en el que ambos aviones lanzaron misiles AS.20 de práctica, de los cuales el lanzado por el Canberra se pasó del blanco y cayó al otro lado del cerro mientras que el lanzado por el Mirage pegó de lleno, con la consecuencia de que la unidad fuera "premiada" con la autorización para lanzar un AS.30 con cabeza de combate, con resultados igualmente favorables.

Sin embargo, volviendo a recordar la experiencia sudafricana, me queda claro que el empleo de este misil de guía comando manual (MCLOS) desde un avión de un solo puesto era un negocio de alto riesgo y que requería un muy elevado nivel de preparación y habilidad por parte del piloto. La SAAF, que tenía la posibilidad de desplegar el AS.30 desde sus monoplazas Mirage F1AZ, optó por no hacerlo en combate y en cambio, prefirió confiar en el sofisticado sistema de ataque del avión para colocar bombas 'tontas' casi con la misma precisión que entregaría un misil guiado. Las experiencias en polígono tampoco fueron auspiciosas; a saber, durante un ejercicio de tiro en agosto de 1979, un número relevante de misiles lanzados en prácticas terminó pegando en cualquier parte (usualmente perdiendo el enlace RF, poniendo proa 20° encima del horizonte y pasando por encima del cerro que servía como blanco de prácticas y recuerdo haber leído el caso de uno que se desvió 90° de curso y aterrizó peligrosamente cerca de la casamata donde se encontraban los observadores en tierra).
Tal como sabemos, cuando los diez Mirage 5P se transfieren a Argentina en 1982, el lote completo de AS.20 y AS.30 (unos treinta misiles) que tenía la FAP se entrega junto con los aviones - uno de los cuales puede verse en esta fotografía de un Finger IIIA FAA en exhibición, publicada en el libro "Mirage III/5/50 en service à l'étranger" citado previamente:

(Por cierto, el libro identifica el contenedor cilíndrico blanco en primer plano como lo que "podría ser un un pod designador láser"... cuando en realidad se trata de una simple cohetera LAU-68/A (a juzgar por la escala) de 2.75'' como las que equipaban a los Skyhawk argentinos. Un error honesto, pienso yo, ya que la calidad de la imagen dista de ser estelar)
Según el historiador aeronáutico argentino Santiago Rivas en su libro "Wings of the Malvinas: The Argentine Air Force over the Falklands", tres pilotos peruanos arribaron el 12 de junio de 1982 a la Base Aérea de San Julián para evaluar las posibilidades de desplegar los aviones en operaciones contra la flota británica en el Atlántico Sur - como sabemos, los aparatos arribaron el 4 de junio a Tandil (provincia de Buenos Aires) procedentes de La Joya y entre el 5 y el 9 del mismo mes, pilotos de la VI Brigada Aérea estuvieron atareados evaluando los aparatos y misiles recién recibidos.
Si mal no recuerdo, el plan de ataque tentativo comprendía una sección de Mirage 5P configurados con dos tanques subalares de 1,700 litros y un AS.30 en el soporte ventral, escoltados por Dagger artillados con bombas 'tontas' como respaldo. En cualquier caso, los Mirage 5P necesariamente tendrían que haber sido volados por pilotos peruanos debidamente entrenados en la mecanización y funcionamiento del misil para asegurar siquiera alguna posibilidad de éxito, lo cual no iba a ocurrir jamás - las fuentes al respecto difieren; en bibliografía del lado argentino se sugiere que los peruanos se ofrecieron pero los argentinos declinaron; fuentes primarias peruanas, en cambio, sostienen que fueron los argentinos quienes les pidieron a los peruanos participar pero que ellos se negaron (pues estaban allí únicamente como asesores e instructores y porque el Perú había adoptado una posición neutral ante el conflicto).
Independientemente de lo anterior, razones varias adicionales impidieron a esos aviones participar en las operaciones de combate, principalmente su arribo tardío a Argentina (apenas a prácticamente una semana de la rendición); las diferencias entre la distribución de cabina e instrumentación de vuelo existentes entre el M5P y el Dagger que poseían los argentinos y el mal estado de los aviones en general - a saber, el libro "Dagger & Finger en Argentina, 1978-2004" de Editorial Avialatina, que está entre los más ricos, completos y detallados que he encontrado respecto de cualquier tópico de aviación militar en Sudamérica, es bastante explícito al indicar que el estado general de los aviones adquiridos al Perú era "bastante malo" y que debieron pasar por un proceso de reacondicionamiento (además de un ajuste de configuración a los sistemas de comunicaciones, aviónica e instrumental de vuelo para poder interoperar y tener comunidad logística con los aviones que los argentinos ya tenían, lo que retrasó su entrada en servicio hasta noviembre de 1986). Pero, asumiendo que esos aviones sí hubieran podido llegar a entrar en acción en el rol que se les tenía previsto (volados por pilotos peruanos, como no hubiera podido ser de otra manera), me queda la duda de cuán efectivos hubieran podido realmente ser en una etapa tan tardía de la guerra cuando la suerte ya estaba prácticamente echada y dada la complejidad de operación del sistema de armas AS.30.
El misil en sí era un arma bastante voluminosa, con un peso nominal de 520kg de los cuales 240kg constituían la cabeza de guerra de alto explosivo semi-perforante de blindaje activada por espoleta de contacto. Con una velocidad tope de Mach 2, el nivel de destrucción al momento del impacto se consideraba equivalente al producido por una bomba de caída libre de 1,000 libras, de manera que potencia para hacerle daño a un buque sí tenía, asumiendo que pudiese colocarse más de un misil sobre un objetivo naval. El alcance también era bueno, lo cual en teoría podría haber puesto a la plataforma lanzadora fuera de la envolvente de la mayoría de defensas antiaéreas navales y terrestres que para entonces tenían desplegados los británicos.
El misil ciertamente probó - hasta cierto grado - su efectividad como arma antibuque cuando, durante la mañana del 10 de marzo de 1971, los Blackburn Buccaneer S Mk.50 del No.24 Squadron de la SAAF fueron asignados de atacar y hundir al petrolero de bandera liberiana SS Wafra, que había quedado a la deriva para luego encallar, iniciar un derrame y amenazar con causar un desastre ecológico aún peor frente a las costas del Cabo Occidental. Durante el primer ataque - realizado por 2 aviones en condiciones de baja luminosidad y meteorología pobre - se consiguió apenas un acierto de cuatro lanzamientos (que le hizo muy poco daño al buque), mas al día siguiente, una formación de 4 aparatos logró colocar seis misiles (de ocho lanzados) sobre el casco del maltrecho cisterna, que ardió por dos días antes de irse a pique, rematado por cargas de profundidad lanzadas desde un bombardero Avro Shackleton. Adicionalmente, los sudafricanos tuvieron bastante éxito en utilizar el AS.30, lanzado desde el Buccaneer, con gran efecto contra objetivos puntuales terrestres fuertemente defendidos con AAA y MANPADS, tales como instalaciones de radar, fortificaciones, vehículos estáticos, etc. en el periodo comprendido entre 1981 y 1987 (de unos 33 misiles lanzados en combate, 30 consiguieron aciertos, lo cual es resulta en una tasa de efectividad bastante alta).
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el Buccaneer gozaba de evidentes beneficios que el Mirage 5P simplemente no tenía: en primer lugar, un segundo hombre para guiar el misil, lo que le daba al piloto una cierta libertad para realizar maniobras evasivas a partir de una distancia de 5km del blanco y en segundo lugar, una muy sofisticada suite de alerta de radar pasivo y contramedidas electrónicas, además, por supuesto, de una mayor carga de pago, pues mientras que el Mirage estaba limitado a un solo misil en el afuste ventral, el Buccaneer podía llevar entre dos y cuatro en los soportes subalares (además de cuatro bombas de 1,000 libras en la bodega interna de armas para rematar a cualquier objetivo dañado).
Otro tema es que precisamente una de las razones por las cuales los pilotos argentinos tuvieron relativo éxito al alcanzar buques británicos luego del desembarco en San Carlos, encajonados en estrechos y ensenadas, fue porque volaban de manera muy agresiva, utilizando el terreno para enmascararse, emergiendo de la masa de tierra con apenas segundos para avistar un blanco y atacar - lo cual les negaba apropiado tiempo de reacción para adquirir con calma un objetivo y tirarle (básicamente el asunto era soltarle las bombas al primer blanco de oportunidad que apareciese), lo cual simplemente no hubiera podido funcionar con el AS.30, que requería de una corrida de ataque planificada con anticipación y un patrón de vuelo muy estable (y peligrosamente predecible) de parte del avión lanzador... muy independientemente del hecho de que el piloto tenía que "partirse en dos" y distraer su mano derecha entre sostener el bastón de mando y corregir el rumbo del misil con el joystick, todo lo cual lo dejaba vulnerable a contraataque.
En resumen, creo que la experiencia no hubiera sido exitosa y el desenlace probable hubiese estado entre que, o bien no se hubiese alcanzado el resultado deseado (bien fuera porque un misil por avión era insuficiente para poner fuera de combate a un buque o porque la precisión se hubiera visto severamente degradada por las condiciones en la zona del objetivo - geografía, densidad de defensas antiaéreas (aparte de los sistemas navales, misiles Rapier y MANPADS en tierra, CAPs de Sea Harrier), etc.) o hubiese habido derribos de por medio.
Finalmente, la experiencia argentina con el AS.30 en los años de posguerra parece haber sido mala y con el misil pasando por la FAA sin pena ni gloria, pues luego de recibirlos y de tres lanzamientos con resultados "mediocres", los mismos terminaron de morirse por falta de mantenimiento, como indica el libro del Mirage en servicio extranjero que ya he citado, en el capítulo correspondiente a Argentina como país usuario:
Saludos
Otra arma disponible para el Mirage 5 peruano que me parece intrigante y sobre la cual hay relativamente poca información fue el misil aire-superficie Nord (Aérospatiale) AS.30 de fabricación francesa. La FAP adquirió originalmente este sistema de armas para sus bombarderos Canberra B(I)Mk.56 adquiridos a fines de la década de los '60 - un ejemplar del cual puede verse colgando del ala de babor del FAP #244 en la siguiente imagen de BAC, obtenida del libro "BAC Canberra en Argentina y Perú" (uno de cuyos autores es Amaru Tincopa):

En el Canberra, el lanzamiento del AS.30 se hacía desde el puesto del navegante/bombardero a través del complejo de puntería SFOM 83A; el artillero guiaba manualmente el misil con un pequeño joystick, a través de un enlace radio UHF, empleando una bengala de magnesio a popa del misil como referencia. El lanzamiento normalmente se efectuaba a una distancia de 13 kilómetros del objetivo y a un ángulo de picada negativa de 30° (para asegurar separación adecuada entre el misil y el avión), medio segundo después de lo cual el bombardero podía asumir el control y guiar el arma. El tiempo de vuelo bajo dichas condiciones era de aproximadamente 25 segundos.
En el Mirage 5P de un solo puesto, el joystick se encontraba sobre la consola derecha del cockpit y era el piloto el que tenía que volar y guiar el misil simultáneamente. Un único AS.30 se podía montar en el afuste ventral, tal como muestra la siguiente imagen de Dassault:

Como referencia adicional, en ESTA IMAGEN DEL M5P FAP #183 colgada páginas atrás se puede ver claramente la antena de la unidad de telecomando Nord 6071 B frente al pozo del aterrizador principal de babor.
Curiosamente, en la FAP, al Mirage 5P monoplaza parece haberle ido mejor empleando el AS.30 en ejercicios que al Canberra, que contaba con el beneficio de un tripulante adicional encargado de la preparación, disparo y guía del misil; en el siempre interesante e inspirado blog Arriba Siempre Arriba hay un artículo que recoge la experiencia vivida el 12 de mayo de 1971 durante un ejercicio de tiro en el polígono de Cerro Reque, próximo a la base aérea de Chiclayo, en el que participó un Canberra y un Mirage 5P (#186) y en el que ambos aviones lanzaron misiles AS.20 de práctica, de los cuales el lanzado por el Canberra se pasó del blanco y cayó al otro lado del cerro mientras que el lanzado por el Mirage pegó de lleno, con la consecuencia de que la unidad fuera "premiada" con la autorización para lanzar un AS.30 con cabeza de combate, con resultados igualmente favorables.

Sin embargo, volviendo a recordar la experiencia sudafricana, me queda claro que el empleo de este misil de guía comando manual (MCLOS) desde un avión de un solo puesto era un negocio de alto riesgo y que requería un muy elevado nivel de preparación y habilidad por parte del piloto. La SAAF, que tenía la posibilidad de desplegar el AS.30 desde sus monoplazas Mirage F1AZ, optó por no hacerlo en combate y en cambio, prefirió confiar en el sofisticado sistema de ataque del avión para colocar bombas 'tontas' casi con la misma precisión que entregaría un misil guiado. Las experiencias en polígono tampoco fueron auspiciosas; a saber, durante un ejercicio de tiro en agosto de 1979, un número relevante de misiles lanzados en prácticas terminó pegando en cualquier parte (usualmente perdiendo el enlace RF, poniendo proa 20° encima del horizonte y pasando por encima del cerro que servía como blanco de prácticas y recuerdo haber leído el caso de uno que se desvió 90° de curso y aterrizó peligrosamente cerca de la casamata donde se encontraban los observadores en tierra).
Tal como sabemos, cuando los diez Mirage 5P se transfieren a Argentina en 1982, el lote completo de AS.20 y AS.30 (unos treinta misiles) que tenía la FAP se entrega junto con los aviones - uno de los cuales puede verse en esta fotografía de un Finger IIIA FAA en exhibición, publicada en el libro "Mirage III/5/50 en service à l'étranger" citado previamente:

(Por cierto, el libro identifica el contenedor cilíndrico blanco en primer plano como lo que "podría ser un un pod designador láser"... cuando en realidad se trata de una simple cohetera LAU-68/A (a juzgar por la escala) de 2.75'' como las que equipaban a los Skyhawk argentinos. Un error honesto, pienso yo, ya que la calidad de la imagen dista de ser estelar)
Según el historiador aeronáutico argentino Santiago Rivas en su libro "Wings of the Malvinas: The Argentine Air Force over the Falklands", tres pilotos peruanos arribaron el 12 de junio de 1982 a la Base Aérea de San Julián para evaluar las posibilidades de desplegar los aviones en operaciones contra la flota británica en el Atlántico Sur - como sabemos, los aparatos arribaron el 4 de junio a Tandil (provincia de Buenos Aires) procedentes de La Joya y entre el 5 y el 9 del mismo mes, pilotos de la VI Brigada Aérea estuvieron atareados evaluando los aparatos y misiles recién recibidos.
Si mal no recuerdo, el plan de ataque tentativo comprendía una sección de Mirage 5P configurados con dos tanques subalares de 1,700 litros y un AS.30 en el soporte ventral, escoltados por Dagger artillados con bombas 'tontas' como respaldo. En cualquier caso, los Mirage 5P necesariamente tendrían que haber sido volados por pilotos peruanos debidamente entrenados en la mecanización y funcionamiento del misil para asegurar siquiera alguna posibilidad de éxito, lo cual no iba a ocurrir jamás - las fuentes al respecto difieren; en bibliografía del lado argentino se sugiere que los peruanos se ofrecieron pero los argentinos declinaron; fuentes primarias peruanas, en cambio, sostienen que fueron los argentinos quienes les pidieron a los peruanos participar pero que ellos se negaron (pues estaban allí únicamente como asesores e instructores y porque el Perú había adoptado una posición neutral ante el conflicto).
Independientemente de lo anterior, razones varias adicionales impidieron a esos aviones participar en las operaciones de combate, principalmente su arribo tardío a Argentina (apenas a prácticamente una semana de la rendición); las diferencias entre la distribución de cabina e instrumentación de vuelo existentes entre el M5P y el Dagger que poseían los argentinos y el mal estado de los aviones en general - a saber, el libro "Dagger & Finger en Argentina, 1978-2004" de Editorial Avialatina, que está entre los más ricos, completos y detallados que he encontrado respecto de cualquier tópico de aviación militar en Sudamérica, es bastante explícito al indicar que el estado general de los aviones adquiridos al Perú era "bastante malo" y que debieron pasar por un proceso de reacondicionamiento (además de un ajuste de configuración a los sistemas de comunicaciones, aviónica e instrumental de vuelo para poder interoperar y tener comunidad logística con los aviones que los argentinos ya tenían, lo que retrasó su entrada en servicio hasta noviembre de 1986). Pero, asumiendo que esos aviones sí hubieran podido llegar a entrar en acción en el rol que se les tenía previsto (volados por pilotos peruanos, como no hubiera podido ser de otra manera), me queda la duda de cuán efectivos hubieran podido realmente ser en una etapa tan tardía de la guerra cuando la suerte ya estaba prácticamente echada y dada la complejidad de operación del sistema de armas AS.30.
El misil en sí era un arma bastante voluminosa, con un peso nominal de 520kg de los cuales 240kg constituían la cabeza de guerra de alto explosivo semi-perforante de blindaje activada por espoleta de contacto. Con una velocidad tope de Mach 2, el nivel de destrucción al momento del impacto se consideraba equivalente al producido por una bomba de caída libre de 1,000 libras, de manera que potencia para hacerle daño a un buque sí tenía, asumiendo que pudiese colocarse más de un misil sobre un objetivo naval. El alcance también era bueno, lo cual en teoría podría haber puesto a la plataforma lanzadora fuera de la envolvente de la mayoría de defensas antiaéreas navales y terrestres que para entonces tenían desplegados los británicos.
El misil ciertamente probó - hasta cierto grado - su efectividad como arma antibuque cuando, durante la mañana del 10 de marzo de 1971, los Blackburn Buccaneer S Mk.50 del No.24 Squadron de la SAAF fueron asignados de atacar y hundir al petrolero de bandera liberiana SS Wafra, que había quedado a la deriva para luego encallar, iniciar un derrame y amenazar con causar un desastre ecológico aún peor frente a las costas del Cabo Occidental. Durante el primer ataque - realizado por 2 aviones en condiciones de baja luminosidad y meteorología pobre - se consiguió apenas un acierto de cuatro lanzamientos (que le hizo muy poco daño al buque), mas al día siguiente, una formación de 4 aparatos logró colocar seis misiles (de ocho lanzados) sobre el casco del maltrecho cisterna, que ardió por dos días antes de irse a pique, rematado por cargas de profundidad lanzadas desde un bombardero Avro Shackleton. Adicionalmente, los sudafricanos tuvieron bastante éxito en utilizar el AS.30, lanzado desde el Buccaneer, con gran efecto contra objetivos puntuales terrestres fuertemente defendidos con AAA y MANPADS, tales como instalaciones de radar, fortificaciones, vehículos estáticos, etc. en el periodo comprendido entre 1981 y 1987 (de unos 33 misiles lanzados en combate, 30 consiguieron aciertos, lo cual es resulta en una tasa de efectividad bastante alta).
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el Buccaneer gozaba de evidentes beneficios que el Mirage 5P simplemente no tenía: en primer lugar, un segundo hombre para guiar el misil, lo que le daba al piloto una cierta libertad para realizar maniobras evasivas a partir de una distancia de 5km del blanco y en segundo lugar, una muy sofisticada suite de alerta de radar pasivo y contramedidas electrónicas, además, por supuesto, de una mayor carga de pago, pues mientras que el Mirage estaba limitado a un solo misil en el afuste ventral, el Buccaneer podía llevar entre dos y cuatro en los soportes subalares (además de cuatro bombas de 1,000 libras en la bodega interna de armas para rematar a cualquier objetivo dañado).
Otro tema es que precisamente una de las razones por las cuales los pilotos argentinos tuvieron relativo éxito al alcanzar buques británicos luego del desembarco en San Carlos, encajonados en estrechos y ensenadas, fue porque volaban de manera muy agresiva, utilizando el terreno para enmascararse, emergiendo de la masa de tierra con apenas segundos para avistar un blanco y atacar - lo cual les negaba apropiado tiempo de reacción para adquirir con calma un objetivo y tirarle (básicamente el asunto era soltarle las bombas al primer blanco de oportunidad que apareciese), lo cual simplemente no hubiera podido funcionar con el AS.30, que requería de una corrida de ataque planificada con anticipación y un patrón de vuelo muy estable (y peligrosamente predecible) de parte del avión lanzador... muy independientemente del hecho de que el piloto tenía que "partirse en dos" y distraer su mano derecha entre sostener el bastón de mando y corregir el rumbo del misil con el joystick, todo lo cual lo dejaba vulnerable a contraataque.
En resumen, creo que la experiencia no hubiera sido exitosa y el desenlace probable hubiese estado entre que, o bien no se hubiese alcanzado el resultado deseado (bien fuera porque un misil por avión era insuficiente para poner fuera de combate a un buque o porque la precisión se hubiera visto severamente degradada por las condiciones en la zona del objetivo - geografía, densidad de defensas antiaéreas (aparte de los sistemas navales, misiles Rapier y MANPADS en tierra, CAPs de Sea Harrier), etc.) o hubiese habido derribos de por medio.
Finalmente, la experiencia argentina con el AS.30 en los años de posguerra parece haber sido mala y con el misil pasando por la FAA sin pena ni gloria, pues luego de recibirlos y de tres lanzamientos con resultados "mediocres", los mismos terminaron de morirse por falta de mantenimiento, como indica el libro del Mirage en servicio extranjero que ya he citado, en el capítulo correspondiente a Argentina como país usuario:
Saludos
Saludos cordiales,
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