La Historia de la Marina de Guerra del Peru VII
La campaña de Lima y la resistencia naval: Batalla de Miraflores
Desde el inicio de la guerra se formó una Brigada Torpedista para la defensa de los puertos peruanos. En Arica estuvo basada en la Isla Alacrán, prestando servicios en ella el teniente primero Leoncio Prado. Durante el bloqueo del Callao, la Brigada Torpedista estuvo estacionada en el pontón “Marañón”, contando entre sus miembros a los tenientes primero Decio Oyague Neyra y Manuel Gil Cárdenas, el alférez de fragata Carlos Bondy Tellería, y al ingeniero Manuel J. Cuadros Viñas.
Organizados por el capitán de navío Leopoldo Sánchez Calderón, la actividad de esta brigada se reflejó en el hundimiento en la rada del Callao del transporte “Loa”, el 3 de julio de 1880; y de la cañonera “Covadonga”, en la bahía de Chancay, el 13 de septiembre del mismo año.
Especial mención merece el primer submarino construido para una marina de guerra sudamericana, cuando el submarino conocido como el "Toro" fue construido por el Ing. Federico Blume, quien había iniciado sus experimentos en 1866. En la Factoría del Ferrocarril de Paita, en la costa norte del Perú comienza la construcción de su submarino el 22 de Junio de 1,879 para su empleo contra el invasor, preparando su primera misión operativa en 1880 contra los blindados Blanco Encalada y Lord Cochrane, pero éstos se alejaron de la Bahía del Callao al haberse producido una infidencia que los alertó del ataque[1]
Finalmente, después de la derrota peruana en las San Juan y Miraflores, se destruyeron los restos de la escuadra peruana para evitar que cayera en poder de Chile. Se hundieron la “Unión”, “Atahualpa” y los transportes “Limeña”, “Chalaco”, “Talismán”, “Oroya”, “Rímac” y la cañonera “Arno”. Fue entonces imposible ya toda resistencia en el mar, pero los marinos peruanos continuaron combatiendo en tierra para defender la integridad territorial y la soberanía de su país.
Encontramos marinos y personal de las guarniciones de los buques peleando con el Ejército a lo largo de toda la guerra. Durante la Batalla de Arica, el 7 de junio de 1880 se inmolaron junto a Bolognesi el capitán de navío Juan Guillermo More, el teniente segundo Manuel Bonhomme y el teniente segundo Manuel Terry, junto con los tripulantes de la fragata “Independencia”.
Posteriormente, durante la batalla de Miraflores, el 15 de enero de 1881, los batallones Guarnición de Marina y Guardia Chalaca, al mando del capitán de navío Juan Fanning García y del capitán de fragata Carlos Arrieta, defendieron heroicamente sus posiciones entre los Reductos No 2 y No 4. El primero de estos batallones llevó a cabo dos ataques sobre las fuerzas enemigas, sufriendo enormes bajas, entre ellos la mayoría de sus oficiales. El segundo batallón, formado poco antes de la batalla, también luchó con valentía y junto a su comandante fallecieron muchos de sus hombres.
Durante la Campaña de la Breña fueron varios los marinos que combatieron al lado del general Andrés A. Cáceres. Entre ellos el capitán de navío Luis Germán Astete, los tenientes primeros Leoncio Prado y José Gálvez Moreno, así como el guardiamarina Héctor Villarán. Con el grado de coronel, los marinos Astete y Prado combatieron en Huamachuco el 10 de julio de 1883, falleciendo en dicha acción el primero y siendo fusilado el segundo.
Segunda etapa republicana: resurgimiento de la Marina de Guerra del Perú (1884-1930) Hacia la conformación de una nueva escuadra.
Apenas concluido el conflicto se adquirieron pequeños buques de transporte, entre ellos el “Vilcanota” (1884) y el “Perú” (1885), a bordo del cual volvió a funcionar la Escuela Naval en 1888. Al año siguiente llegó el crucero “Lima”, mandado a construir secretamente con un gemelo en Alemania en 1880 pero retenido en Gran Bretaña mientras duró el conflicto. En los años siguientes se incorporaron a la Armada los transportes “Iquitos”, “Chalaco”, “Santa Rosa” y el “Constitución”, y se inició igualmente la recuperación de la actividad marítima nacional.
Esto último demandó un creciente interés en mejorar las condiciones de seguridad para la navegación, lo que motivó que el 20 de junio de 1903 se creara la Comisión Hidrográfica con el propósito de rectificar por medio de observaciones astronómicas "la posición geográfica de las ciudades y puntos importantes, particularmente de aquellos situados en la costa del Pacífico y en la región bañada por los ríos del Oriente". Aquella comisión fue el precedente de la actual Dirección de Hidrografía y Navegación.
Primeros pasos hacia la reorganización institucional Con el advenimiento del gobierno de José Pardo y Barreda, los vientos empezaron a cambiar para la institución. Hubo un deseo expreso de apoyarla y rescatarla del ostracismo en que se encontraba. En este quehacer, desempeñó un papel importantísimo el Ministro de Hacienda don Augusto B. Leguía, quien impulsó el resurgimiento de la Marina.
Contagiado por el fervor popular que se tradujo en donativos en el ámbito nacional, el gobierno de Pardo logró conseguir un préstamo del exterior, contratándose en Inglaterra la construcción de los cruceros “Almirante Grau” y “Coronel Bolognesi”; cuyo arribo, ocurrió en agosto de 1907. Con estas dos adquisiciones se echaron las bases para el renacimiento de la Marina actual. Ese mismo año apareció el primer número de la Revista de Marina, con el propósito de servir de foro de debate para los diversos temas vinculados a lo marítimo en general y a lo naval en particular.
Misiones navales. En 1904 se había contratado los servicios de una Misión Naval francesa, a cargo del capitán de fragata Paul de Marguerye, para reestructurar la organización y el funcionamiento de la Escuela Naval, siendo los resultados del todo positivos. Durante el primer gobierno de Leguía (1908-1912) la Misión Naval francesa continuó en labores, aumentando el número de sus miembros. Es entonces cuando otro oficial francés, el teniente de navío José A. Theron, se hace cargo de la dirección de la Escuela Naval, determinando pronto su traslado a tierra, estableciéndose inicialmente en el Bellavista. Por otro lado, se envió a varios oficiales a seguir estudios de perfeccionamiento en Argentina, Estados Unidos, España, Francia e Inglaterra.
Dicha misión concentró su accionar en el Estado Mayor y en la Escuela Naval, produciendo algunos cambios importantes en la organización y en la formación naval. Por esta época, y con marcada influencia de la misión naval, fue la adquisición en Francia de los sumergibles “Teniente Palacios” y “Teniente Ferré”, primeras naves de su tipo en Sudamérica, y el cazatorpedero “Teniente Rodríguez”, que sería el primer buque peruano propulsado por turbinas a vapor. Mención especial merece la cuestionable y frustrada adquisición del crucero acorazado “Comandante Aguirre”, buque que obsoleto al momento de su compra en 1911, no llegaría al Perú al no haberse concluido los pagos por decisión del Gobierno peruano en 1914.
A partir de 1910, en el marco de las innovaciones tecnológicas, la Armada inició las actividades de radiocomunicación, con resultados satisfactorios, ingresando de esta forma a una nueva era en lo que a comunicaciones se refiere. En el aspecto organizacional, durante el gobierno de Guillermo Billinghurst (1912-1914), la Comandancia General de la Escuadra fue reestructurada.
Sin embargo, es importante anotar que este proceso de recuperación se vio parcialmente detenido durante la Primera Guerra Mundial. Lo anterior sumado a las dificultades económicas por las que aún atravesaba el Perú impidió la compra de nuevas unidades que incrementaran su disminuido poderío naval. Pero a pesar de ello, se hizo una esforzada labor en lo que a infraestructura y organización se refiere y uno de los logros fue el traslado de la Escuela Naval a un nuevo local expresamente construido en La Punta, en el Callao, así como la creación del Estado Mayor General de la Marina.
Conflictos con Colombia y Ecuador.
En los años previos a la Primera Guerra Mundial, el Perú debió enfrentar varios conflictos con sus vecinos en torno a límites internacionales que aún no habían sido definidos. Ante las diferencias limítrofes que se fueron presentando en la región amazónica con Colombia y Ecuador, el gobierno peruano volvió a invertir en la adquisición de algunas unidades fluviales. La más notable fue la cañonera “América”, construida en Inglaterra en 1904.
Durante su servicio participó en los conflictos con Colombia en 1911 y 1932, siendo particularmente meritoria su actuación en el primero de ellos, cuando al mando del teniente primero Manuel Clavero actuó en combinación con las tropas del coronel Óscar R. Benavides y derrotó a las fuerzas colombianas en La Pedrera, sobre el río Caquetá, en un combate que tuvo lugar el 11 y 12 de julio de 1911.
Gran parte de estos problemas tuvieron como escenario la Amazonía, pero lo cierto es que los peruanos hacieron esfuerzos importantes para atender ese ámbito de su patrimonio territorial. Como parte de estos esfuerzos, y en el marco del conflicto con Colombia, el recién adquirido “Teniente Rodríguez” fue enviado de Francia al río Amazonas, Una vez superada la crisis, dicho buque debió incorporarse a la escuadra en el Pacífico, convirtiéndose en el primer buque de guerra en cruzar el Canal de Panamá, en 1914.
Durante la Primera Guerra Mundial, las dificultades logísticas llevaron a que el estado de las unidades peruanas, se viera afectado. Ello fue particularmente crítico en el caso de los sumergibles, cuya vida útil se vio recortada de manera significativa.
Creación del Ministerio de Marina y la reorganización institucional. En 1919, durante el segundo gobierno de Leguía, siendo necesario continuar con el proceso de mejora de la institución, se efectuaron contactos para contar con asesoría de la Armada de los Estados Unidos, y fruto de ello fue la contratación de la Misión Naval Americana, cuya labor condujo a una reforma total del sistema administrativo de la Marina, reorganizándose la Escuadra, la Escuela Naval así como la mayor parte de las dependencias existentes, teniendo como modelo la organización naval estadounidense. Uno de los importantes logros obtenidos en esta época fue la creación del Ministerio de Marina por ley N° 4003 del 13 de octubre de 1920, separándolo del Ministerio de Guerra y Marina, que databa desde 1821, consiguiéndose con ello la independencia y un manejo más adecuado de sus recursos. También en el mismo año se había creado el Cuerpo de Aviadores de la Armada, antecedente remoto de la actual Fuerza Aérea, que por su importancia, determinó que en 1929, se creara el Ministerio de Marina y Aviación, permaneciendo fusionados ambos portafolios hasta 1941, cuando se creó el Ministerio de Aviación hoy integrado al Ministeriuo de Defensa.
A partir de 1922 se efectuó la reorganización general de los servicios de la Marina en cuanto a la administración y en lo que a personal refiere, siendo el cambio completo e integral. En 1923 se creó un cuerpo único de oficiales, quedando superada la antigua división entre los de máquinas y los de cubierta que mutuamente ignoraban las funciones respectivas. Por otro lado, con la finalidad de dar más experiencia y oportunidad en el desempeño de diferentes cargos a los oficiales, se estableció un sistema rotativo de puestos y comandos. En ese mismo año, el Comandante estadounidense Charles Gordon Davy, considerado como el gestor de la Escuela Naval contemporánea, efectuó la reorganización plena del Alma Mater de la marina peruana. Los cambios no se limitaron a la parte de instrucción, sino también a las prácticas en la mar y entrenamiento a bordo de las unidades de la Escuadra, y para ello se realizaron por vez primera a partir de 1921 los llamados Cruceros de Verano con participación de los cadetes de la Escuela Naval. En el campo de las comunicaciones, en la Escuela Naval se instaló por primera vez un equipo radioeléctrico con recepción y transmisión, bajo la dirección del teniente primero Manuel R. Nieto.
El aprovechamiento de la Isla San Lorenzo para instalaciones navales, se tradujo en la construcción de una Estación Naval que sirviera de base para los submarinos que se habían mandado a construir en los Estados Unidos, la cual dentro de sus facilidades contaba con un varadero para carenar y reparar buques de mediano porte. Hidroavión VOUGHT UO1. Otras mejoras de la época, fueron la creación de la Escuela de Aprendices Navales en 1925, antecesora de la actual Escuela de Reclutas; así como la creación en 1930 de la Escuela Superior de Guerra Naval, que se inauguró bajo la dirección del Contralmirante USN William S. Pye.
La campaña de Lima y la resistencia naval: Batalla de Miraflores
Desde el inicio de la guerra se formó una Brigada Torpedista para la defensa de los puertos peruanos. En Arica estuvo basada en la Isla Alacrán, prestando servicios en ella el teniente primero Leoncio Prado. Durante el bloqueo del Callao, la Brigada Torpedista estuvo estacionada en el pontón “Marañón”, contando entre sus miembros a los tenientes primero Decio Oyague Neyra y Manuel Gil Cárdenas, el alférez de fragata Carlos Bondy Tellería, y al ingeniero Manuel J. Cuadros Viñas.
Organizados por el capitán de navío Leopoldo Sánchez Calderón, la actividad de esta brigada se reflejó en el hundimiento en la rada del Callao del transporte “Loa”, el 3 de julio de 1880; y de la cañonera “Covadonga”, en la bahía de Chancay, el 13 de septiembre del mismo año.
Especial mención merece el primer submarino construido para una marina de guerra sudamericana, cuando el submarino conocido como el "Toro" fue construido por el Ing. Federico Blume, quien había iniciado sus experimentos en 1866. En la Factoría del Ferrocarril de Paita, en la costa norte del Perú comienza la construcción de su submarino el 22 de Junio de 1,879 para su empleo contra el invasor, preparando su primera misión operativa en 1880 contra los blindados Blanco Encalada y Lord Cochrane, pero éstos se alejaron de la Bahía del Callao al haberse producido una infidencia que los alertó del ataque[1]
Finalmente, después de la derrota peruana en las San Juan y Miraflores, se destruyeron los restos de la escuadra peruana para evitar que cayera en poder de Chile. Se hundieron la “Unión”, “Atahualpa” y los transportes “Limeña”, “Chalaco”, “Talismán”, “Oroya”, “Rímac” y la cañonera “Arno”. Fue entonces imposible ya toda resistencia en el mar, pero los marinos peruanos continuaron combatiendo en tierra para defender la integridad territorial y la soberanía de su país.
Encontramos marinos y personal de las guarniciones de los buques peleando con el Ejército a lo largo de toda la guerra. Durante la Batalla de Arica, el 7 de junio de 1880 se inmolaron junto a Bolognesi el capitán de navío Juan Guillermo More, el teniente segundo Manuel Bonhomme y el teniente segundo Manuel Terry, junto con los tripulantes de la fragata “Independencia”.
Posteriormente, durante la batalla de Miraflores, el 15 de enero de 1881, los batallones Guarnición de Marina y Guardia Chalaca, al mando del capitán de navío Juan Fanning García y del capitán de fragata Carlos Arrieta, defendieron heroicamente sus posiciones entre los Reductos No 2 y No 4. El primero de estos batallones llevó a cabo dos ataques sobre las fuerzas enemigas, sufriendo enormes bajas, entre ellos la mayoría de sus oficiales. El segundo batallón, formado poco antes de la batalla, también luchó con valentía y junto a su comandante fallecieron muchos de sus hombres.
Durante la Campaña de la Breña fueron varios los marinos que combatieron al lado del general Andrés A. Cáceres. Entre ellos el capitán de navío Luis Germán Astete, los tenientes primeros Leoncio Prado y José Gálvez Moreno, así como el guardiamarina Héctor Villarán. Con el grado de coronel, los marinos Astete y Prado combatieron en Huamachuco el 10 de julio de 1883, falleciendo en dicha acción el primero y siendo fusilado el segundo.
Segunda etapa republicana: resurgimiento de la Marina de Guerra del Perú (1884-1930) Hacia la conformación de una nueva escuadra.
Apenas concluido el conflicto se adquirieron pequeños buques de transporte, entre ellos el “Vilcanota” (1884) y el “Perú” (1885), a bordo del cual volvió a funcionar la Escuela Naval en 1888. Al año siguiente llegó el crucero “Lima”, mandado a construir secretamente con un gemelo en Alemania en 1880 pero retenido en Gran Bretaña mientras duró el conflicto. En los años siguientes se incorporaron a la Armada los transportes “Iquitos”, “Chalaco”, “Santa Rosa” y el “Constitución”, y se inició igualmente la recuperación de la actividad marítima nacional.
Esto último demandó un creciente interés en mejorar las condiciones de seguridad para la navegación, lo que motivó que el 20 de junio de 1903 se creara la Comisión Hidrográfica con el propósito de rectificar por medio de observaciones astronómicas "la posición geográfica de las ciudades y puntos importantes, particularmente de aquellos situados en la costa del Pacífico y en la región bañada por los ríos del Oriente". Aquella comisión fue el precedente de la actual Dirección de Hidrografía y Navegación.
Primeros pasos hacia la reorganización institucional Con el advenimiento del gobierno de José Pardo y Barreda, los vientos empezaron a cambiar para la institución. Hubo un deseo expreso de apoyarla y rescatarla del ostracismo en que se encontraba. En este quehacer, desempeñó un papel importantísimo el Ministro de Hacienda don Augusto B. Leguía, quien impulsó el resurgimiento de la Marina.
Contagiado por el fervor popular que se tradujo en donativos en el ámbito nacional, el gobierno de Pardo logró conseguir un préstamo del exterior, contratándose en Inglaterra la construcción de los cruceros “Almirante Grau” y “Coronel Bolognesi”; cuyo arribo, ocurrió en agosto de 1907. Con estas dos adquisiciones se echaron las bases para el renacimiento de la Marina actual. Ese mismo año apareció el primer número de la Revista de Marina, con el propósito de servir de foro de debate para los diversos temas vinculados a lo marítimo en general y a lo naval en particular.
Misiones navales. En 1904 se había contratado los servicios de una Misión Naval francesa, a cargo del capitán de fragata Paul de Marguerye, para reestructurar la organización y el funcionamiento de la Escuela Naval, siendo los resultados del todo positivos. Durante el primer gobierno de Leguía (1908-1912) la Misión Naval francesa continuó en labores, aumentando el número de sus miembros. Es entonces cuando otro oficial francés, el teniente de navío José A. Theron, se hace cargo de la dirección de la Escuela Naval, determinando pronto su traslado a tierra, estableciéndose inicialmente en el Bellavista. Por otro lado, se envió a varios oficiales a seguir estudios de perfeccionamiento en Argentina, Estados Unidos, España, Francia e Inglaterra.
Dicha misión concentró su accionar en el Estado Mayor y en la Escuela Naval, produciendo algunos cambios importantes en la organización y en la formación naval. Por esta época, y con marcada influencia de la misión naval, fue la adquisición en Francia de los sumergibles “Teniente Palacios” y “Teniente Ferré”, primeras naves de su tipo en Sudamérica, y el cazatorpedero “Teniente Rodríguez”, que sería el primer buque peruano propulsado por turbinas a vapor. Mención especial merece la cuestionable y frustrada adquisición del crucero acorazado “Comandante Aguirre”, buque que obsoleto al momento de su compra en 1911, no llegaría al Perú al no haberse concluido los pagos por decisión del Gobierno peruano en 1914.
A partir de 1910, en el marco de las innovaciones tecnológicas, la Armada inició las actividades de radiocomunicación, con resultados satisfactorios, ingresando de esta forma a una nueva era en lo que a comunicaciones se refiere. En el aspecto organizacional, durante el gobierno de Guillermo Billinghurst (1912-1914), la Comandancia General de la Escuadra fue reestructurada.
Sin embargo, es importante anotar que este proceso de recuperación se vio parcialmente detenido durante la Primera Guerra Mundial. Lo anterior sumado a las dificultades económicas por las que aún atravesaba el Perú impidió la compra de nuevas unidades que incrementaran su disminuido poderío naval. Pero a pesar de ello, se hizo una esforzada labor en lo que a infraestructura y organización se refiere y uno de los logros fue el traslado de la Escuela Naval a un nuevo local expresamente construido en La Punta, en el Callao, así como la creación del Estado Mayor General de la Marina.
Conflictos con Colombia y Ecuador.
En los años previos a la Primera Guerra Mundial, el Perú debió enfrentar varios conflictos con sus vecinos en torno a límites internacionales que aún no habían sido definidos. Ante las diferencias limítrofes que se fueron presentando en la región amazónica con Colombia y Ecuador, el gobierno peruano volvió a invertir en la adquisición de algunas unidades fluviales. La más notable fue la cañonera “América”, construida en Inglaterra en 1904.
Durante su servicio participó en los conflictos con Colombia en 1911 y 1932, siendo particularmente meritoria su actuación en el primero de ellos, cuando al mando del teniente primero Manuel Clavero actuó en combinación con las tropas del coronel Óscar R. Benavides y derrotó a las fuerzas colombianas en La Pedrera, sobre el río Caquetá, en un combate que tuvo lugar el 11 y 12 de julio de 1911.
Gran parte de estos problemas tuvieron como escenario la Amazonía, pero lo cierto es que los peruanos hacieron esfuerzos importantes para atender ese ámbito de su patrimonio territorial. Como parte de estos esfuerzos, y en el marco del conflicto con Colombia, el recién adquirido “Teniente Rodríguez” fue enviado de Francia al río Amazonas, Una vez superada la crisis, dicho buque debió incorporarse a la escuadra en el Pacífico, convirtiéndose en el primer buque de guerra en cruzar el Canal de Panamá, en 1914.
Durante la Primera Guerra Mundial, las dificultades logísticas llevaron a que el estado de las unidades peruanas, se viera afectado. Ello fue particularmente crítico en el caso de los sumergibles, cuya vida útil se vio recortada de manera significativa.
Creación del Ministerio de Marina y la reorganización institucional. En 1919, durante el segundo gobierno de Leguía, siendo necesario continuar con el proceso de mejora de la institución, se efectuaron contactos para contar con asesoría de la Armada de los Estados Unidos, y fruto de ello fue la contratación de la Misión Naval Americana, cuya labor condujo a una reforma total del sistema administrativo de la Marina, reorganizándose la Escuadra, la Escuela Naval así como la mayor parte de las dependencias existentes, teniendo como modelo la organización naval estadounidense. Uno de los importantes logros obtenidos en esta época fue la creación del Ministerio de Marina por ley N° 4003 del 13 de octubre de 1920, separándolo del Ministerio de Guerra y Marina, que databa desde 1821, consiguiéndose con ello la independencia y un manejo más adecuado de sus recursos. También en el mismo año se había creado el Cuerpo de Aviadores de la Armada, antecedente remoto de la actual Fuerza Aérea, que por su importancia, determinó que en 1929, se creara el Ministerio de Marina y Aviación, permaneciendo fusionados ambos portafolios hasta 1941, cuando se creó el Ministerio de Aviación hoy integrado al Ministeriuo de Defensa.
A partir de 1922 se efectuó la reorganización general de los servicios de la Marina en cuanto a la administración y en lo que a personal refiere, siendo el cambio completo e integral. En 1923 se creó un cuerpo único de oficiales, quedando superada la antigua división entre los de máquinas y los de cubierta que mutuamente ignoraban las funciones respectivas. Por otro lado, con la finalidad de dar más experiencia y oportunidad en el desempeño de diferentes cargos a los oficiales, se estableció un sistema rotativo de puestos y comandos. En ese mismo año, el Comandante estadounidense Charles Gordon Davy, considerado como el gestor de la Escuela Naval contemporánea, efectuó la reorganización plena del Alma Mater de la marina peruana. Los cambios no se limitaron a la parte de instrucción, sino también a las prácticas en la mar y entrenamiento a bordo de las unidades de la Escuadra, y para ello se realizaron por vez primera a partir de 1921 los llamados Cruceros de Verano con participación de los cadetes de la Escuela Naval. En el campo de las comunicaciones, en la Escuela Naval se instaló por primera vez un equipo radioeléctrico con recepción y transmisión, bajo la dirección del teniente primero Manuel R. Nieto.
El aprovechamiento de la Isla San Lorenzo para instalaciones navales, se tradujo en la construcción de una Estación Naval que sirviera de base para los submarinos que se habían mandado a construir en los Estados Unidos, la cual dentro de sus facilidades contaba con un varadero para carenar y reparar buques de mediano porte. Hidroavión VOUGHT UO1. Otras mejoras de la época, fueron la creación de la Escuela de Aprendices Navales en 1925, antecesora de la actual Escuela de Reclutas; así como la creación en 1930 de la Escuela Superior de Guerra Naval, que se inauguró bajo la dirección del Contralmirante USN William S. Pye.
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