Articulo de la Republica:
Tropas que combaten en el Vrae están mal alimentadas y mal entrenadas
Por falta de presupuesto, según informe secreto del ejército. Informe de la Inspectoría de la Segunda Brigada de Infantería de Ayacucho desnuda miserias de la guerra.
Ángel Páez. Unidad de Investigación.
Así es muy difícil ganar una guerra, sobre todo si es irregular y prolongada como la que se desarrolla en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE). A raíz de la doble emboscada senderista en Sanabamba, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA) y la Comandancia General del Ejército (CGE) demandaron a la Inspectoría General de la Segunda Brigada de Infantería, con sede en Huamanga, Ayacucho, un informe detallado sobre las condiciones en las que los efectivos de dicha gran unidad del Ejército combaten en el VRAE. La Segunda Brigada de Infantería es la columna vertebral de la Región Militar del VRAE y provee más del 60% de efectivos que se desplazan en la zona de conflicto. El reporte que elevó la Inspectoría es sorprendente, revelador y especialmente indignante. Los militares que luchan contra Sendero Luminoso afrontan graves problemas de personal de tropa, técnicos y especialistas, equipos de radiocomunicaciones, armamento, logística, vestimenta, transporte, inteligencia y, especialmente, de alimentación.
Sobre el papel, deberían haber disponibles 3,378 efectivos, pero solo hay 2,592. Además, el 80.43% del total es personal de tropa, tres cuartas partes originarios de Ucayali, cuyas características geográficas en comparación con el VRAE son distintas.
Radiografía castrense
Un 13.19% son técnicos y suboficiales y solo un 6.36% son oficiales (un total de 165 disponibles), número que se reducirá drásticamente porque muchos han solicitado permiso para trasladarse a Lima con la finalidad de rendir los exámenes de ascenso.
De acuerdo con fuentes del Ejército, el Comando Conjunto y el Ministerio de Defensa consultados por La República, hay serias deficiencias presupuestales que obstaculizan, entorpecen o impiden la ejecución de los planes operativos previstos. No solo se trata de problemas de inteligencia, como han indicado algunas autoridades militares. Los montos asignados simplemente no cubren las necesidades básicas de los efectivos.
La Inspectoría de la Segunda Brigada de Infantería, a la que pertenece la Brigada de Infantería Motorizada Nº 51 –cuyos hombres fueron emboscados por senderistas en Sanabamba–, señaló a los altos mandos que en reiteradas oportunidades ha notificado de la urgencia de incrementar el “rancho” (alimento diario) que consiste solamente en 6 soles con 20 céntimos, debido al considerable aumento de precios de los productos en el VRAE. Los costos son más altos en la zona de combate debido a que los narcotraficantes pagan con dólares a los comerciantes y estos encarecen los artículos de primera necesidad, según las fuentes castrenses.
Mala alimentación
De acuerdo con el informe de la Inspectoría, son necesarios 328 mil 600 soles para 53 mil raciones de combate (al costo unitario de 6 soles con 20 céntimos), pero solo se cuenta con un fondo de 115 mil 210 soles. Esto es, se necesitan 213 mil 389 soles para satisfacer las necesidades alimenticias para los hombres que luchan en el VRAE. En menos de 20 días, el fondo de alimentación se consumirá. Estas cifras confirman la versión de Giselle Suárez Pichilingüe, hermana del abatido capitán EP Fernando Suárez Pichilingüe, de que este le relataba con crudeza en sus cartas la falta de alimentos para la tropa. Ella, en ocasiones, le enviaba productos para mitigar el problema de la falta de “rancho” para la tropa.
Incluso se pidió la reposición de 2 mil 100 raciones de combate que se echaron a perder durante operaciones de combate. No se contestó a la demanda. Si eso ocurre con la alimentación de los oficiales y soldados, hay que imaginarse qué pasa con las demás necesidades.
Las autoridades militares de la Segunda Brigada de Infantería ya solicitaron el aumento del fondo para la alimentación de los combatientes del VRAE, pero todavía no hay una respuesta, a pesar de que los pedidos se formularon en enero de este año.
Al 31 de marzo de 2009, la Segunda Brigada de Infantería recibió 2 millones 756 mil soles. De ese total, 1 millón 252 mil 898 soles está destinado a la alimentación (45%) y 1 millón 114 mil 857 soles en la propina para el personal de tropa (40%). Solo en ambos conceptos se gasta el 85% del presupuesto que, según los informes de la gran unidad militar, se consumieron en un 98%. Sin ninguna duda, los números indican que el presupuesto resulta exiguo.
La Inspectoría refirió que muchos requerimientos no han sido atendidos a pesar del transcurso del tiempo. El 25 de febrero se solicitó repuestos para los equipos de comunicaciones, el cuatro de marzo se pidió baterías, repuestos y accesorios para los mismos equipos, y por las mismas fechas se demandó una asignación de un presupuesto para el mantenimiento de las armas, así como el suministro de ametralladoras MAG. En ninguno de los casos hubo respuesta oficial. Como consecuencia, la capacidad operativa de las fuerzas en el VRAE sufre una disminución, indicaron las fuentes castrenses.
Urgentes necesidades
El 20 de enero de este año, la Segunda Brigada de Infantería, a la que pertenece la mayoría de militares desplegados en el VRAE, requirió uniformes para los oficiales, técnicos, suboficiales y la tropa. Solo hubo silencio. En Lima, ni enterados de estas devastadoras insuficiencias que mellan de un modo u otro la moral de los combatientes.
No solo hay problemas con la alimentación de los efectivos sino también con el tratamiento de situaciones de emergencias médicas. El 29 de abril, hace casi un año, a los altos mandos se les informó que era necesario darle mantenimiento a la unidad quirúrgica, así como asignar personal especializado. Se contestó que desde Lima dijeron que no había presupuesto. El 14 de julio pasado se ratificó la solicitud, anotándose que el número de heridos, conforme avanzaban las operaciones contrasubversivas, aumentaba, de modo que también era urgente incrementar los medicamentos. La respuesta fue idéntica: no hay plata.
El reporte descarnado de la Inspectoría, que ha llegado a manos del CCFFAA, la CGE y el Ministerio de Defensa, llama la atención sobre la ausencia de operadores de comunicaciones para las bases y las patrullas, personal para el mantenimiento de las armas y de los equipos de radiocomunicaciones, así como enfermeros militares. Ni siquiera existe un número adecuado de cocineros.
Falta de todo
Por si fuera poco, el informe es contundente respecto a las cualidades del personal emplazado en el VRAE para destruir a la organización terrorista encabezada por Víctor Quispe Palomino (a) “Camarada José”. “El personal no tiene entrenamiento adecuado para operaciones contraterroristas por falta de presupuesto”, concluye el reporte de la Inspectoría. Más contundente, imposible.
Incluso aquellas unidades que cuentan con fuerzas especiales, como la Compañía Especial de Comando Nº 2 y el Batallón Contrasubversivo Nº116, no cuentan con el número completo de oficiales, suboficiales y técnicos con experiencia en guerra contrasubversiva. ¿Cómo personal inexperto puede sacarle ventaja a los senderistas que tienen más de 20 años asentados en el VRAE y dominan como la palma de sus manos el área intrincada y traicionera?
La situación se agudiza cuando llega el período de licenciamiento, que afecta hondamente la capacidad operativa de las unidades.
Pero si hay algo que llama particularmente la atención es que los requerimientos más frecuentes están referidos a los equipos de comunicaciones. Hay un altísimo número que se encuentra inoperativo por la falta de mantenimiento o de respuestos. ¿Cómo pueden ser efectivas las operaciones si no está al cien por ciento la capacidad de los equipos de comunicaciones?
Esta deficiencia alcanza a las unidades dedicadas a la interceptación de las comunicaciones de los terroristas. Sus equipos también se encuentran disminuidos porque no hay fondo para establecer su operatividad.
En estas terribles condiciones adversas combaten las tropas en el VRAE. No nos engañemos, así no se vencerá al narcoterrorismo.
Claves
Compra. En el 2008, durante la gestión del comandante general Edwin Donayre Gotzch, el Ejército compró a una empresa norteamericana 50 mil raciones de combate a 48 soles por ración. Hoy el Ejército pide aumentar el “rancho” diario que está en 6.20 soles.
Advertencia. En su momento se cuestionó dicha compra.
Reconocen que hace falta mejor presupuesto
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Francisco Contreras Rivas, admitió que no hay suficientes recursos para combatir eficazmente a los narcosenderistas del VRAE. “La situación es preocupante y, por lo tanto, se requiere una solución política. No se puede mantener la pelea si no se inyectan más recursos. Queremos más, estamos insatisfechos. Necesitamos blindar los helicópteros, necesitamos chalecos antibalas para cada hombre”, indicó Contreras.
Por su parte, el comandante general del Ejército, general Otto Guibovich Arteaga, también se refirió a la necesidad de sincerar el presupuesto para las tropas en el VRAE. “Para desarrollar una inteligencia efectiva se necesita mejorar el presupuesto. Es necesario poner operativos los helicópteros Mi-25, por ejemplo”, expresó el militar.
De otro lado, se supo que varios días antes de la intervención de las Fuerzas Armadas en Vizcatán, que empezó el 30 de agosto del 2008, en el marco de las operaciones del “Plan Excelencia 777”, las columnas de narcoterroristas que se instalaron en la zona habían huido de la zona de Vizcatán hacia Chungui y la zona de San Martín de Pangoa. Así lo señaló personal de la fiscalía que asegura haberse encontrado con una columna de narcoterroristas conformada por 17 hombres en la localidad de Mollebamba.
Realmente penoso que suceda esto con nuestros soldados, que van a poner el pecho por nosotros y por mantener la PAZ en nuestro pais, espero pronto los ministros se pongan las pilas y dejen de pensar en aumentarse el sueldo como lo hacen cada cierto tiempo y le den mas presupuesto a nuestras FFAA
Tropas que combaten en el Vrae están mal alimentadas y mal entrenadas
Por falta de presupuesto, según informe secreto del ejército. Informe de la Inspectoría de la Segunda Brigada de Infantería de Ayacucho desnuda miserias de la guerra.
Ángel Páez. Unidad de Investigación.
Así es muy difícil ganar una guerra, sobre todo si es irregular y prolongada como la que se desarrolla en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE). A raíz de la doble emboscada senderista en Sanabamba, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA) y la Comandancia General del Ejército (CGE) demandaron a la Inspectoría General de la Segunda Brigada de Infantería, con sede en Huamanga, Ayacucho, un informe detallado sobre las condiciones en las que los efectivos de dicha gran unidad del Ejército combaten en el VRAE. La Segunda Brigada de Infantería es la columna vertebral de la Región Militar del VRAE y provee más del 60% de efectivos que se desplazan en la zona de conflicto. El reporte que elevó la Inspectoría es sorprendente, revelador y especialmente indignante. Los militares que luchan contra Sendero Luminoso afrontan graves problemas de personal de tropa, técnicos y especialistas, equipos de radiocomunicaciones, armamento, logística, vestimenta, transporte, inteligencia y, especialmente, de alimentación.
Sobre el papel, deberían haber disponibles 3,378 efectivos, pero solo hay 2,592. Además, el 80.43% del total es personal de tropa, tres cuartas partes originarios de Ucayali, cuyas características geográficas en comparación con el VRAE son distintas.
Radiografía castrense
Un 13.19% son técnicos y suboficiales y solo un 6.36% son oficiales (un total de 165 disponibles), número que se reducirá drásticamente porque muchos han solicitado permiso para trasladarse a Lima con la finalidad de rendir los exámenes de ascenso.
De acuerdo con fuentes del Ejército, el Comando Conjunto y el Ministerio de Defensa consultados por La República, hay serias deficiencias presupuestales que obstaculizan, entorpecen o impiden la ejecución de los planes operativos previstos. No solo se trata de problemas de inteligencia, como han indicado algunas autoridades militares. Los montos asignados simplemente no cubren las necesidades básicas de los efectivos.
La Inspectoría de la Segunda Brigada de Infantería, a la que pertenece la Brigada de Infantería Motorizada Nº 51 –cuyos hombres fueron emboscados por senderistas en Sanabamba–, señaló a los altos mandos que en reiteradas oportunidades ha notificado de la urgencia de incrementar el “rancho” (alimento diario) que consiste solamente en 6 soles con 20 céntimos, debido al considerable aumento de precios de los productos en el VRAE. Los costos son más altos en la zona de combate debido a que los narcotraficantes pagan con dólares a los comerciantes y estos encarecen los artículos de primera necesidad, según las fuentes castrenses.
Mala alimentación
De acuerdo con el informe de la Inspectoría, son necesarios 328 mil 600 soles para 53 mil raciones de combate (al costo unitario de 6 soles con 20 céntimos), pero solo se cuenta con un fondo de 115 mil 210 soles. Esto es, se necesitan 213 mil 389 soles para satisfacer las necesidades alimenticias para los hombres que luchan en el VRAE. En menos de 20 días, el fondo de alimentación se consumirá. Estas cifras confirman la versión de Giselle Suárez Pichilingüe, hermana del abatido capitán EP Fernando Suárez Pichilingüe, de que este le relataba con crudeza en sus cartas la falta de alimentos para la tropa. Ella, en ocasiones, le enviaba productos para mitigar el problema de la falta de “rancho” para la tropa.
Incluso se pidió la reposición de 2 mil 100 raciones de combate que se echaron a perder durante operaciones de combate. No se contestó a la demanda. Si eso ocurre con la alimentación de los oficiales y soldados, hay que imaginarse qué pasa con las demás necesidades.
Las autoridades militares de la Segunda Brigada de Infantería ya solicitaron el aumento del fondo para la alimentación de los combatientes del VRAE, pero todavía no hay una respuesta, a pesar de que los pedidos se formularon en enero de este año.
Al 31 de marzo de 2009, la Segunda Brigada de Infantería recibió 2 millones 756 mil soles. De ese total, 1 millón 252 mil 898 soles está destinado a la alimentación (45%) y 1 millón 114 mil 857 soles en la propina para el personal de tropa (40%). Solo en ambos conceptos se gasta el 85% del presupuesto que, según los informes de la gran unidad militar, se consumieron en un 98%. Sin ninguna duda, los números indican que el presupuesto resulta exiguo.
La Inspectoría refirió que muchos requerimientos no han sido atendidos a pesar del transcurso del tiempo. El 25 de febrero se solicitó repuestos para los equipos de comunicaciones, el cuatro de marzo se pidió baterías, repuestos y accesorios para los mismos equipos, y por las mismas fechas se demandó una asignación de un presupuesto para el mantenimiento de las armas, así como el suministro de ametralladoras MAG. En ninguno de los casos hubo respuesta oficial. Como consecuencia, la capacidad operativa de las fuerzas en el VRAE sufre una disminución, indicaron las fuentes castrenses.
Urgentes necesidades
El 20 de enero de este año, la Segunda Brigada de Infantería, a la que pertenece la mayoría de militares desplegados en el VRAE, requirió uniformes para los oficiales, técnicos, suboficiales y la tropa. Solo hubo silencio. En Lima, ni enterados de estas devastadoras insuficiencias que mellan de un modo u otro la moral de los combatientes.
No solo hay problemas con la alimentación de los efectivos sino también con el tratamiento de situaciones de emergencias médicas. El 29 de abril, hace casi un año, a los altos mandos se les informó que era necesario darle mantenimiento a la unidad quirúrgica, así como asignar personal especializado. Se contestó que desde Lima dijeron que no había presupuesto. El 14 de julio pasado se ratificó la solicitud, anotándose que el número de heridos, conforme avanzaban las operaciones contrasubversivas, aumentaba, de modo que también era urgente incrementar los medicamentos. La respuesta fue idéntica: no hay plata.
El reporte descarnado de la Inspectoría, que ha llegado a manos del CCFFAA, la CGE y el Ministerio de Defensa, llama la atención sobre la ausencia de operadores de comunicaciones para las bases y las patrullas, personal para el mantenimiento de las armas y de los equipos de radiocomunicaciones, así como enfermeros militares. Ni siquiera existe un número adecuado de cocineros.
Falta de todo
Por si fuera poco, el informe es contundente respecto a las cualidades del personal emplazado en el VRAE para destruir a la organización terrorista encabezada por Víctor Quispe Palomino (a) “Camarada José”. “El personal no tiene entrenamiento adecuado para operaciones contraterroristas por falta de presupuesto”, concluye el reporte de la Inspectoría. Más contundente, imposible.
Incluso aquellas unidades que cuentan con fuerzas especiales, como la Compañía Especial de Comando Nº 2 y el Batallón Contrasubversivo Nº116, no cuentan con el número completo de oficiales, suboficiales y técnicos con experiencia en guerra contrasubversiva. ¿Cómo personal inexperto puede sacarle ventaja a los senderistas que tienen más de 20 años asentados en el VRAE y dominan como la palma de sus manos el área intrincada y traicionera?
La situación se agudiza cuando llega el período de licenciamiento, que afecta hondamente la capacidad operativa de las unidades.
Pero si hay algo que llama particularmente la atención es que los requerimientos más frecuentes están referidos a los equipos de comunicaciones. Hay un altísimo número que se encuentra inoperativo por la falta de mantenimiento o de respuestos. ¿Cómo pueden ser efectivas las operaciones si no está al cien por ciento la capacidad de los equipos de comunicaciones?
Esta deficiencia alcanza a las unidades dedicadas a la interceptación de las comunicaciones de los terroristas. Sus equipos también se encuentran disminuidos porque no hay fondo para establecer su operatividad.
En estas terribles condiciones adversas combaten las tropas en el VRAE. No nos engañemos, así no se vencerá al narcoterrorismo.
Claves
Compra. En el 2008, durante la gestión del comandante general Edwin Donayre Gotzch, el Ejército compró a una empresa norteamericana 50 mil raciones de combate a 48 soles por ración. Hoy el Ejército pide aumentar el “rancho” diario que está en 6.20 soles.
Advertencia. En su momento se cuestionó dicha compra.
Reconocen que hace falta mejor presupuesto
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Francisco Contreras Rivas, admitió que no hay suficientes recursos para combatir eficazmente a los narcosenderistas del VRAE. “La situación es preocupante y, por lo tanto, se requiere una solución política. No se puede mantener la pelea si no se inyectan más recursos. Queremos más, estamos insatisfechos. Necesitamos blindar los helicópteros, necesitamos chalecos antibalas para cada hombre”, indicó Contreras.
Por su parte, el comandante general del Ejército, general Otto Guibovich Arteaga, también se refirió a la necesidad de sincerar el presupuesto para las tropas en el VRAE. “Para desarrollar una inteligencia efectiva se necesita mejorar el presupuesto. Es necesario poner operativos los helicópteros Mi-25, por ejemplo”, expresó el militar.
De otro lado, se supo que varios días antes de la intervención de las Fuerzas Armadas en Vizcatán, que empezó el 30 de agosto del 2008, en el marco de las operaciones del “Plan Excelencia 777”, las columnas de narcoterroristas que se instalaron en la zona habían huido de la zona de Vizcatán hacia Chungui y la zona de San Martín de Pangoa. Así lo señaló personal de la fiscalía que asegura haberse encontrado con una columna de narcoterroristas conformada por 17 hombres en la localidad de Mollebamba.
Realmente penoso que suceda esto con nuestros soldados, que van a poner el pecho por nosotros y por mantener la PAZ en nuestro pais, espero pronto los ministros se pongan las pilas y dejen de pensar en aumentarse el sueldo como lo hacen cada cierto tiempo y le den mas presupuesto a nuestras FFAA
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