Casi nadie recuerda que Bolivia, pese a habernos arrastrado a la guerra de 1879 con la inconsulta decisión de Daza de cobrar el impuesto de los 10 centavos, con lo que le dio el perfecto pretexto a Chile para iniciar su guerra de conquista largamente planeada, repito, casi nadie recuerda que Bolivia pese a esa enorme deuda de gratitud con el Perú, nos dio una puñalada por la espalda al prestarse al juego diplomático chileno para hacer una ofensiva al Perú por todas sus fronteras, a inicios del siglo XX. No fue nada casual que por los mismos años, el Perú tuviera incidentes con Brasil (en el Purús y el Yurúa), Ecuador (Angoteros y Torres Causana), Bolivia (Guayabal) y Colombia (el más recordado, el combate de La Pedrera).
Veamos ahora lo que se dice del combate de Guayabal en la semblanza del héroe de dicha jornada, teniente Alejandro Acevedo Dulanto.
Cabe agregar que el padre del teniente Acevedo, el coronel Abraham Acevedo, había combatido en la guerra con Chile al lado de Andrés A. Cáceres en la Campaña de la Breña; por ello aparece en la fotografía que sale en las Memorias de Cáceres ediciones de 1980 y 1986, donde se le ve a Cáceres con sus ayudantes y otros oficiales.
Saludos desde Lima
Veamos ahora lo que se dice del combate de Guayabal en la semblanza del héroe de dicha jornada, teniente Alejandro Acevedo Dulanto.
Nació en Lima el 18 de diciembre de 1886. Fue hijo del coronel Don Abraham Acevedo.
Al cumplir los 15 años de edad, ingresó a la Escuela Militar, egresando de dicho plantel el 1º de febrero de 1906, con el grado de subteniente de infantería, perteneciendo a la 6tª Promoción. Posteriormente prestó servicios en los batallones Nº 7 y Nº 3, siendo destinado en setiembre de 1910, a la guarnición de Madre de Dios.
En el curso del citado año, hubo desacuerdos sobre la delimitación de fronteras con Bolivia. El 19 de noviembre de 1910, una reducida guarnición peruana que ocupaba un puesto de vigilancia en el lugar denominado Guayabal, sobre el río Manuripe, fue sorprendida y atacada por un grueso destacamento del ejército boliviano. La refriega se inició con tiros de fusil y prosiguió después con el empleo de arma blanca.
Fue uno de los últimos combatientes en resistir dicho artero ataque y, empuñando con la diestra su fusil, hizo su postrer disparo.
La noticia del combate de Manuripe tardó muchos días en llegar a Lima, pero esto no fue óbice para relievar la conducta ejemplar cumplida pro el teniente Acevedo quien, al mando de una sección de 20 hombres resistió el ataque de fuerzas bolivianas que pasaban de 150 soldados.
En recuerdo del héroe de Manuripe, que derramó su sangre por nuestra Patria, el cuartel militar construido en Puerto Maldonado lleva el nombre de este insigne defensor de la integridad territorial.
Al cumplir los 15 años de edad, ingresó a la Escuela Militar, egresando de dicho plantel el 1º de febrero de 1906, con el grado de subteniente de infantería, perteneciendo a la 6tª Promoción. Posteriormente prestó servicios en los batallones Nº 7 y Nº 3, siendo destinado en setiembre de 1910, a la guarnición de Madre de Dios.
En el curso del citado año, hubo desacuerdos sobre la delimitación de fronteras con Bolivia. El 19 de noviembre de 1910, una reducida guarnición peruana que ocupaba un puesto de vigilancia en el lugar denominado Guayabal, sobre el río Manuripe, fue sorprendida y atacada por un grueso destacamento del ejército boliviano. La refriega se inició con tiros de fusil y prosiguió después con el empleo de arma blanca.
Fue uno de los últimos combatientes en resistir dicho artero ataque y, empuñando con la diestra su fusil, hizo su postrer disparo.
La noticia del combate de Manuripe tardó muchos días en llegar a Lima, pero esto no fue óbice para relievar la conducta ejemplar cumplida pro el teniente Acevedo quien, al mando de una sección de 20 hombres resistió el ataque de fuerzas bolivianas que pasaban de 150 soldados.
En recuerdo del héroe de Manuripe, que derramó su sangre por nuestra Patria, el cuartel militar construido en Puerto Maldonado lleva el nombre de este insigne defensor de la integridad territorial.
Saludos desde Lima
Comentario