Anuncio 2

Colapsar

Anuncio

Colapsar
No hay anuncio todavía.

GUERRA DEL GUANO Y EL SALITRE: La Resistencia

Colapsar
X
 
  • Filtrar
  • Tiempo
  • Mostrar
Limpiar Todo
nuevos mensajes

  • GUERRA DEL GUANO Y EL SALITRE: La Resistencia

    En este tópico quiero tratar todo lo referido a las fuerzas irregulares (guerrillas, montoneras, etc.) así como a la resistencia posterior a la caída de Lima (principalmente del ejército del Centro).

    Esta parte de la guerra se puede dividir así:

    1)Guerrillas del Sur (Tacna y Moquegua; destaca Albarracín, cuyo escuadrón participó hasta en la campaña de Tarapacá).

    2)Guerrillas de la Costa Sur (Ica y Cañete).

    3)Guerrrillas del Centro (Lima, Junín, Ayacucho, Huancavelica, Apurímac, Huánuco).

    4)Guerrillas del Norte (Áncash, La Libertad, Cajamarca, Lambayeque, Piura).

    5)Ejército del Centro (con Cáceres, desde abril de 1881 hasta 1884).

    6)Ejército del Norte (con Iglesias primero, y luego con Recavarren).

    7)Ejército del Sur (que no combatió; caída de Arequipa).




    Saludos desde Lima

  • #2
    El Ejército del Centro se puede decir que pasó por 4 períodos:

    1)Desde la llegada de Cáceres a la sierra central (Abril de 1881) hasta el combate de Acuchimay (febrero de 1882).

    2)Desde Acuchimay hasta la salida de Tarma rumbo al Norte (mayo de 1883).

    3)Marcha al norte, de Tarma hasta Huamachuco (julio de 1883).

    4)Último ejército de la resistencia (julio de 1883 a agosto de 1884).


    En la etapa (1) se encuentran:


    Expedición Letelier

    Formación del ejército del centro

    Amago de Quebrada Honda

    Combate de Sángrar

    Retirada de Letelier

    Combate de Purhuay

    Marcha del ejército del centro a Chosica

    Expedición Lynch-Gana

    Retirada del ejército del centro al valle del Mantaro y Ayacucho

    Expedición del Canto

    Combate de La Samaritana (Jauja)

    Combate de San Jerónimo

    Combate de Pucará

    Tempestad en el desfiladero de Julcamarca

    Combate de Acuchimay


    En la etapa (2) se encuentran:

    Reorganización del ejército del centro

    Contraofensiva peruana

    Combate de La Oroya

    Combate de Marcavalle-Pucará-Zapallanga

    Combate de Concepción

    Retirada de la expedición del Canto

    Combate de Tarmatambo

    Combate de San Juan Cruz

    Marcha del ejército del centro a la quebrada del Rímac

    Expedición Arriagada

    Retirada del ejército del centro a Tarma

    Combate de Huamantanga

    Combate de La Oroya (2o)



    En la etapa (3) se encuentran:

    Marcha del ejército del centro al Norte

    Paso de Llanganuco

    Deserción y Juramento de Tres Ríos

    Batalla de Huamachuco



    En la etapa (4) se encuentran:

    Formación de la división Dávila

    Expedición Urriola

    Formación del nuevo ejército del centro en Andahuaylas

    Retirada de Urriola

    Avance del ejército del centro a Huancayo








    Saludos desde Lima

    Comentario


    • #3
      Me salgo del tema pero no se donde plantear este asunto. Tengo una duda y quiesiera una opinión de los que saben bastante más que yo de historia.

      Quisiera comentarios acerca de Piérola como político y de su participación en la guerra del Pacífico.

      COnocí una familia que es descendiente de Píerola y para quienes es caso un dios. Sin embargo yo siempre lo he visto como un permanente conspirador y pienso que si hubiese sido un hombre más capaz y menos apasionado quizás hubiera jugado un mejor papel en la guerra.

      Zanutelli lo trata con extrema dureza.

      Salu2
      Como del carbón sale el diamante, así de la negrura de esta guerra sale Grau (Jorge Basadre)

      Comentario


      • #4
        Bueno, de alguna manera tiene que ver con el tema, porque Piérola gobernó hasta fines de 1881 y su gobierno cubre pues los inicios de la resistencia posterior a la campaña de Lima.

        Veamos los siguientes puntos:


        Piérola planeó 4 expediciones desde Chile:


        1874-75: contra Pardo a bordo del "TALISMÁN", derrotado en Los Ángeles y Arequipa. En su derrota participaron destacadamente: BUENDÍA, SUÁREZ, MONTERO (ganó su ascenso a Contraalmirante), CÁCERES y muchos otros jefes que luego figurarían en la guerra de 1879.

        1876: contra Prado, derrotado en Yacango.

        1879: preparaba una nueva expedición en Chile cuando sobrevivno la guerra y su armamento (fusiles chassepot, minié y una ametralladora) fue incautado en la aduana de Valparaíso.

        1894-95: sale desde Iquique (en poder de Chile) en una balandra y desembarca en Puerto Caballas, para dirigir a sus montoneros contra el gobierno de Cáceres, quien fue obligado a dimitir. Cácees siempre, hasta su muerte, aspiró a la reinvindicación de las provincias cautivas, y en sus gobiernos dio prioridad al alistamiento de las fuerzas armadas.


        Indudablemente Chile no podía permitir este tipo de actividades así por así, algún beneficio le tenían que reportar; recordemos que pretextando que porque Santa Cruz permitió que el general chileno Freyre armara su revolución desde el Perú, el gobierno chileno de Prieto le declaró la guerra a la Confederación. Otro punto muy sospechoso es que cuando Piérola renuncia al poder en 1881, baja a Lima y conferencia tranquilamente con el jefe de ocupación LYNCH, "el príncipe rojo", quien le expide pasaporte y se marcha tranquilamente a Europa.


        En cuanto a su participación en la guerra propiamente, fue la siguiente:


        Salió de Chile para el Perú en 1879. El general Prado, creyendo de buena fe que en medio de la guerra internacional no cabían las banderías políticas, aceptó el ofrecimiento de Piérola de armar y formar a su costa un batallón como lo hacían muchos otros individuos particulares. En diciembre de 1879, se discutió la formación de un nuevo gabinete de consenso, ofreciéndosele a Piérola una cartera ministerial y aún la presidencia del consejo de ministros: Piérola dijo entonces que quería el ministerio de Guerra, lo cual le fue negado obviamente pues habían muchísimos generales de carrera, con lo que la idea no prosperó. Luego Prado se fue al extranjero en procura de blindados y otras armas, y Piérola aprovechó para dar su golpe: con su propio batallón atacó Palacio, fue rechazado por el misnitro La Cotera, se le plegaron los batallones de Miguel Iglesias (que había sido su partidario desde la revolución de 1874) y de Pablo Arguedas (que había entrado al recinto del congreso a disolver por la fuerza la convención nacional de 1857), se refugió en el Callao donde la guranición del arsenal se plegó al movimiento, y luego finalmente accedió al poder pues una junta de notables aconsejó al vicepresidente La Puerta que en aras de la unión nacional cediera el poder a Piérola. En este caos mucha tropa se desbandó y se perdieron muchos rifles.


        Ya en el poder por tantos años esperado, Piérola se autotituló "DICTADOR SUPREMO" y "PROTECTOR DE LA RAZA INDÍGENA" con poderes omnímodos. Refundió batallones regulares que los ministros Mendiburu y La Cotera habían acumulado en Lima en número de 15-18 mil hombres con batallones improvisados, disolvió muchos cuerpos por motivos políticos, dejó de lado a numerosos jefes y oficiales veteranos
        de ejército reemplazándolos por sus allegados designados como oficiales y jefes "provisionales" o "temporales", completamente advenedizos en el arte y ciencia de la guerra (sus hermanos Carlos y Ezequiel de Piérola, Miguel y Lorenzo Iglesias, los Seminario Váscones, Guillermo Bllinghurst, etc), además de promover a los oficiales adictos a su régimen salteando varios grados (fue el caso de Juan Martín Echenique, hijo del ex-presidente José R. Echenique, que fue promovido de mayor a coronel y comandante general de la reserva). En vez de enviar tropas al sur, pues para ello las venían acumulando los ministros de Prado, negó todo apoyo a Montero, fuera de la heroica pero estéril incursión de la corbeta Unión a Arica que sólo llevó municiones, un par de ametralladoras, la torpedera Alianza y tela para uniformes. En cambio, le restó a Montero el comando político de los departamentos del Sur y sólo le dejó el militar, creando además un 2do ejército del sur, independiente de Montero, en Arequipa. No olvidaba Piérola la destacada participación de Montero en su derrota de Los Ángeles, ni la filiación política civilista de dicho marino. Mientras dejaba así al 1r ejército del sur en la indiferencia, al punto que no tenía medios con qué moverse y debió estancarse en el campo de la Alianza, le proporcionaba al 2do ejército del sur los siguientes medios: 2000 rifles, 5 cañones de campaña y 6 ametralladoras en el Talismán y 1800 rifles, 6 cañones (incluso 2 de retrocarga) y 4 ametralladoras con el Oroya, además de que en estos transportes fueron artilleros y cuadros de jefes y oficiales; para comparar, hay que considerar que en la batalla de Tcana el 1r ejército del sur sólo dispuso de 8 cañones de montaña y 2 de campaña, todos de avancarga, y que los batallones de la división del Solar usaban hasta rifles minié de avancarga y que en Arica la mayoría de los batallones seguía dotada de rifles chassepot de cartucho de papel (mientras los rifles remitidos por Piérola al 2do ejército del Sur debían ser rémington). Lo peor es que en el ejército 2o del Sur Piérola destacó al coronel Leyva, que se las daba de gran teórico pero en la práctica fue ua nulidad y no llegó a reforzar al ejército aliado ni a socorrer a Bolognesi; en cambio sacó a jefes tan distinguidos como el coronel Recavarren (que en 2 semanas alistó el ejército que luego perdió Leyva) y el general de Beingolea, nombrados en un inicio para el estado mayor y el comando general del 2do ejército del sur.



        No se puede negar que en Lima Piérola desplegó gran actividad: su agente Ehrmann le remitió 50 cañones y 20 ametralladoras entre mayo y junio de 1880, goletas y vapores extranjeros introducían miles de rifles, millones de munciones, torpedos y otras armas burlando el bloqueo chileno, se recibían constantemente batallones reclutas del interior hasta formar un ejército de algo más de 20 000 y se acuarteló la reserva limeña hasta lograr un efectivo de 11 000 que extrañamente bajó luego a 8 000, se concibieron ataques torpedistas contra la escuadra bloqueadora (que lograron hundir al Loa y la Covadonga), se construyeron en Alemania las cañoneras Lima y Callao (alias Sócrates y Diógenes), se mandaban construir en Europa cañones Krupp y Armstrong, se escondían municiones y rifles en barriles de manteca o adentro de bonitos y corvinas pues los buques chilenos revisaban cualquier embarcación, diariamente entraban a Lima carretones y piaras de mulas cargados de munición, se procedió a la fortificación de Lima y se reforzaron las fortificaciones del Callao. En total Basadre calcula que entraron más de 30 000 rifles por el istmo de Panamá para el Perú desde la subida de Piérola hasta la caída de Lima.


        Pero esta actividad de nada valía si todo lo intentaba acaparar: como dijo el general Beingolea, Piérola, creyendo que los cargos de Portector de la raza indígena, director supremo y otros no fueran bastantes para un hombre, y un hombre de talla tan diminuta, deseaba ser un coloso inconmensurable, enmendándole la plana a la naturaleza, y se mandó a dirigir el ejército cuando no podía dirigir una patrulla, con su casco prusiano y sus botas de Federico Guillermo, diciendo que él sabía más de estrategia que todos los generales del Perú juntos. Desdeñó a un general tan querido por todo el ejército como don Fermín del Castillo, a quien primero dio el mando del ejército de Lima pero luego se lo quitó, redujo a Montero, Buendía y otros viejos generales a la condición de ayudantes de campo, creó una columna de depósito donde colocó a los jefes y oficiales que no le eran adictos como meros soldados. Erizó de cañones los cerros que circundan Lima pero sin nigún orden ni concierto: si esos 180 cañones de grueso calibre hubieran estado concentrados juiciosamente en la línea de Miraflores o la de San Juan, otro habría sido el cantar. Se negó a prestar oídos a Cáceres y otros jefes en el sentido de que la amenaza venía del sur, pues él estaba seguro de que vendría por Huacho-Chancay-Ancón y hacia allí destacó tropas y levantó algunas obras de defensa, hasta que recién con el desembarco chileno en Pisco dispuso que el regimiento Rímac del coronel Sevilla obstaculizara la marcha del enemigo, lo que mal podía hacer con escasos 300 hombres contra divisiones de miles de infantes y cientos de artilleros y jinetes, lo que determinó el desastre de la Pampa del Manzano. Permitió que los chilenos desembarcaran tranquilamente por varios días en Curayacu (en el actual distrito de San Bartolo) y que se establecieran en el valle de Lurín, en vez de batirlos como le fue sugerido. Desplegó dos líneas de defensa de Lima (San Juan y Miraflores) extensas y débiles en profundidad en vez de desplegar una sola. Refundió los batallones y reorganizó las divisiones (primero estaban en ejércitos del Norte y del Centro, luego en cuerpos de ejército 1, 2, 3 y 4), se entendía directamente con los jefes de cuerpo de ejército, división o batallón sin pasar por el estado mayor, creando un caos en el mando. Mandó que los curas confesaran a los soldados antes de la batalla, lo que en los soldados venidos de la sierra hizo creer que la muerte era cosa segura.

        Ya en el desarrollo de la batalla de San Juan, no instó con la fuerza necesaria al coronel Suárez para que moviera la reserva a la izquierda en apoyo de Dávila, ni se le ocurrió mandar a llamar a los reservistas de la línea de Miraflores; luego cuando se decidió la derrota en los cuerpos de de ejército de Dávila y Cáceres, no mandó los restos hacia Chorrillos a fin de permitir la salida de Iglesias, sino que los concentró en Miraflores mientras en el Morro Solar y la villa de Chorrillos la batalla se tornaba porfiada y sangrienta.

        Producida la derrota, no oyó los consejos de Cáceres, Canevaro, Pereyra y otros de atacar Chorrillos en la noche mientras el chileno estaba entregado a la borrachera y otros excesos ni de evacuar el ejército y todo el material utilizable hacia la sierra vía el FC de la Oroya.


        En la batalla de Miraflores, se dirigió a la hacienda Vásquez donde tomó una siesta, y no ordenó al coronel Echenique que moviera sus 11 batallones de reserva en apoyo del ataque de Cáceres en el ala derecha, sino que contuvo estérilmente a los reservistas ansiosos de batirse y que luego se tuvieron que volver a sus casas sin haber combatido, dejando las armas en Santa Catalina, que fueron luego tomadas por Chile.


        Declarada la derrota en Miraflores no dictó ninguna disposición, dejando a Lima en el más completo caos, cuando pudo organizarse y hasta los chlenos mismos lo creyeron, una tercera resistencia feroz y decisiva en el casco mismo de la ciudad, pues había miles de soldados en las palzas y calles pidiendo a gritos jefes que los guiaran contra el enemigo y miles de elementos de guerra y vestuarios acumulados en Santa Catalina y las estaciones de Ferrocarril, que se dejaron allí sin ninguna previsión contra el enemigo, aparte de todos los archivos nacionales que cayeron en porder del vencedor y hoy siguen en Santiago. En vez pues de presentar la tercera resistencia o emprender la marcha a la sierra con todos los elementos humanos y materiales rascatables, huyó de Vásquez sin pasar por Lima pues "no quería verla arder como Chorrillos y Miraflores", por lo que tomó un sendero de cazadores de venados y vadeó el Rímac, siguiendo al norte hasta tomar el camino de Carabayllo a Canta por Santa Rosa de Quives y Obrajillo, donde lanzó una proclama vibrante calificando a los chilenos como menos respetuosos de los tratados que las mismas tribus semisalvajes del África y la Araucania (en alusión a la violación del alto al fuego que debía regir hasta el 15 de enero).


        Luego organizó la resistencia creando la jefatura del norte con Montero, la del centro con Echenique (Juan Martín) y la del Sur con del Solar. Mandó a su agente FRANCK a Buenos Aires a procurar armamentos, que resultaron en la compra de 4000 rifles directamente de la fábrica rémington con sus municiones, más 1000 carabinas y 1000 sables, además de la construcción de cañones krupp en Alemania también pedidos a la misma fábrica Krupp. Los rifles y sables llegaron en 1882-83 vía Argentina y Bolivia, pero ignoro si las carabinas y los Krupp consiguieron llegar. Piérola aseguró (y lo siguen muchos que estuvieron a él vinculados) que concertó con Campero, presidente de Bolivia, la continuación de la Alianza a través de un plan que contemplaba:


        Ataque del ejército Boliviano a Tarapacá y Atacama

        Ataque del ejército de Arequipa a Tacna y Arica

        Ataque del ejército de Cáceres a Lima

        Ataque del ejército de Montero a las guarniciones chilenas de la costa Norte.


        y que para ello había mandado comprar las armas necesarias. Cáceres lo niega, pues siendo él jefe superior político y militar del centro y teniendo que tomar parte tan importante en este plan, nunca se le habló de él pese a estar en constante comunicación con Piérola. No debe pues, en todo caso, haber pasado de ser un vago proyecto.

        Según Piérola, la actitud de Cáceres de desconocer a su gobierno (a fines de 1881 cuando el sur y el norte se pronunciaron por García Calderón) fue una traición que frustró este proyecto y desde aquí se originaría el odio entre ambos caudillos.

        Piérola había formado una división al mando de Panizo que acantonaba en Ayacucho donde estaba su gobierno; al renunciar, instó a estas tropas así como a la división de Vento en Canta que no apoyaran a Cáceres y aún que desertasen: esto nos explcia pues la deserción de la división de Vento y la negativa de Panizo a ir en socorro de Cáceres, así como de otros cuerpos de extracción pierolista como el escuadrón "cazadores del Perú", que fomentaron la deserción en masa en el ejército del Centro durante la retirada de Chosica al valle del Mantaro.

        Luego ya vimos cómo Piérola pasó por Lima y dialogó con Lynch y salió tranquilamente.

        En 1884 regresó al Perú, y aunque dijo no estar de acuerdo con el tratado de Ancón ni tener vínculo con el gobierno de Iglesias, el caso es que Iglesias y muchos destacados iglesistas eran de extracción pierolista (Vento, Mas, etc.).


        --------------


        Saludos desde Lima

        Comentario


        • #5
          Explicación categórica estimado sicoseado. Como dices otro hubiera sido el cantar.
          Como del carbón sale el diamante, así de la negrura de esta guerra sale Grau (Jorge Basadre)

          Comentario

          Trabajando...
          X