En las memorias de Cáceres edición de 1986 están casi todos identificados.
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GUERRA DEL GUANO Y EL SALITRE: La Resistencia
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En la lámina 74 de la edición de 1986 de las memorias de Cáceres, se muestra esa fotografía y se indica lo siguiente:
Fotografía del conjunto de oficiales del Ejército del Centro en unión del gral Andrés A. Cáceres, durante su permanencia en Canta, hacia abril de 1882. Al centro el Brujo de los Andes, a su izquierda el comandante Ernesto La Combe, Aurelio Denegri; a la derecha de Cáceres, el coronel J. Borgoño, Manuel E. Lecca con la mano en la barbilla. Iniciando la fila de pie, Ignacio de Vigo y Daniel de los Heros, entre otros. Foto colección del señor Vivar, en Canta.
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Apenas retirada la expedición de Letelier a inicios de julio de 1883, partió de Lima hacia el centro por el FC una expedición del gobierno de La Magdalena al mando de los coroneles Solís y Carrillo Ariza, con 100 hombres y 200 rifles con municiones para armar nuevos contingentes que debían formarse en el centro. Cáceres estuvo avisado de la partida de esta expedición, de modo que ordenó a sus guerrilleros que la interceptaran en Chicla. La misión tuvo un éxito completo, y el contingente se incorporó al Ejército del Centro, así como el botín.
Luego de ello, el gral Cáceres marchó hacia Cerro de Pasco y Huánuco para levantar los ánimos en favor de la resistencia, procurarse recursos materiales y humanos, y ordenar al coronel Aduvire que regresara de Áncash con las tropas a su mando.
La carencia de armas impedía a Cáceres alistar a toda la masa de voluntarios. Comenta en sus memorias que al inicio incluso la tropa de los cuerpos de línea estuvo armada en parte de rejones, hondas y galgas, y poco a poco estas armas fueron quedando relegadas a los guerrilleros, conforme fueron llegando los rifles "de precisión", generalmente remitidos de Lima por el Comité Patriótico de la Resistencia, que operaba clandestinamente.
En agosto de 1881 Cáceres trasladó su cuartel general a Chicla y luego, en el mismo mes, a Matucana, capital de la provincia de Huarochirí.
El 15 de agosto se produjo el primer combate del PUENTE DE PURHUAY, en la quebrada del Rímac. Aquí se enfrentaron tropas de línea y guerrillas del ejército del centro (el batallón Zepita al mando del teniente coronel Mariano Villegas, junto con los guerrilleros al mando del coronel Tafur) contra los chilenos al mando de Bouquet y Letelier, obteniendo una rotunda victoria, ya que tras un nutrido fuego por parte del enemigo durante medi ahora, incluso 19 disparos de cañón, no pudieron flanquear la derecha de las posiciones peruanas y debieron retirarse; esta vergonzosa retirada, sin haber causado un muerto a los peruanos y consumiendo gran parte de sus municiones se debió a la orden impartida por Tafur y ejecutada por Villegas, de tomar las posiciones del cerro El Guayabo, con lo que se impedía el movimiento de flanqueo que pretendía el enemigo. Se trató pues de la segunda victoria del ejército del centro (siendo Sángrar la primera).
A inicios de setiembre se presentaron en el cuartel general 60 gendarmes desertados de La Magdalena. A fines del mismo mes las tropas chilenas abandonaron la población de Chosica, replegándose a la hacienda Quiroz (muy cerca de Lima) y dejando avanzadas en Vitarte. En consecuencia Cáceres adelantó su cuartel general hasta Chosica, con lo que tuvo una posición estratégica que le facilitaba las comunicaciones entre las quebradas del Chillón, el Rímac y el Lurín.
Los encuentros de avanzadas fueron frecuentes, generalmente protagonizados por los guerrilleros. Existía una perfecta vigilancia de las posibles rutas de aproximación del enemigo, gracias a vigías y destacamentos apostados en los cerros más dominantes y provistos de cohetes de señales (o en defecto de ellos echaban mano de las "ahumadas", al estilo de los indios del far west).
El ejército del centro seguía aumentando sus filas con voluntarios y cuerpos de tropa remitidos por las autoridades de los departamentos del centro, a la vez que perfeccionando su instrucción militar y mejorando su poder ofensivo con las armas despachadas por el Comité Patriótico de la Resistencia desde Lima. La remisión y recepción de estas armas, así como de las comunicaciones, se hizo mucho más fácil por la proximidad de Chosica a Lima. Actuaba inicialmente de delegado del Ejército del Centro en Lima el coronel Gómez Silva, quien se mantenía en comunicación con el ejército del centro gracias a un servicio de correo clandestino que prestaban los hermanos Incháustegui, dedicados al arrieraje desde hacía mucho tiempo y por tanto libres de sospecha para el ejército invasor que ocupaba la capital. Luego presidió el comité doña Antonia Moreno, esposa del general Cáceres, y tras la novelesca huída de ella a la sierra con sus tiernas hijas, el Comité quedó al mando del obispo Pedro José Tordoya. Entre los miembros y colaboradores del Comité se encontraban Carlos Elías (gran amigo de Grau, cuñado de Montero), Pedro Elguero, Elías Mujica, José de la Riva Aguëro (propietario de minas), Carlos de la Riva Agüero (hacendado), Arístides Arriz (hacendado), Juan Nicoletti (italiano, dueño del teatro Politeama donde se almacenaban armas), Miguel Colunga (médico, ocultaba armas en el Jardín Botánico), Arturo García, Rosa Elías (esposa de Montero), Gregoria (una alta morena que llevaba pares de rifles escondidos, atados a su cuerpo), etc.
Saludos desde Lima
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Así, en octubre de 1881, el ejército del centro se hallaba instalado en el cuartel general de Chosica, con avanzadas hasta Chaclacayo. Ese mismo mes, el día 18, se declaró la epidemia de tifus en el campamento peruano, por la falta de higiene y lo insalubre de la quebrada (recordemos que en ese tiempo no existían los insecticidas, por lo que en las quebradas cálidas y aún en los valles costeños eran endémicas las fiebres palúdicas, el tifus, la verruga y otras enfermedades).
Por estos meses hubo más de un intento de asesinato contra Cáceres planeado por Lynch. Uno de ellos consistió en descarrilar hacia un abismo el tren en el que viajaba, el otro en apuñalarlo a través de un italiano que fingió tener un proyecto para tomar uno de los blindados chilenos surtos en el Callao. Salvó del primer intento, y de dos más también ferroviarios, gracias a la pericia del maquinista yanqui Enrique Wall (a) "Cáceres Chico". Del segundo lo salvó la "Juanacha", vendedora de frutas bilingüe español-quechua, que aparentando no saber español merodeaba por el puesto avanzado chileno de Santa Clara, donde pudo escuchar una conversación que revelaba el plan criminal; esta mamacha fue llorando donde Cáceres, contándole que el italiano había dicho a un oficial chileno:"esta vez no se me escapará". Cáceres nos cuenta así la escena que se produjo cuando se le presentó el italiano:
Al entrar el italiano en la sala, me levanté del asiento y avancé hasta el centro de ella. Sin dejarle tiempo para nada, cogile de las orejas diciéndole: "¡Estamos solos!... ¡canalla!... ¡asesino!...¡cumple tu compromiso!..." Pero el italiano, completamente desconcertado, cayó de rodillas, víctima de un percance indigno de referir, implorándome perdón.
Conducido preso al cuartel, se le encontró al registrarle, un puñal. Declaró haber sido enviado por el contralmirante Lynch para asesinarme. Ese canalla no pudo ser ejecutado porque se fugó, aprovechando los preparativos de la retirada que, a poco, se llevó a cabo.
Saludos desde Lima
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Indudablemente que el general Caceres tenia mas vidas que el gato. En la batalla de la Palma, quedo mal herido y lo dieron por muerto. El mariscal Castilla al enterarse que sobreviviria dijo que dios lo guardaba para algo grande, y lo manda a Europa instruirse militarmente.
En 1877previene una revelion de cuartel, al desarmar al sargento lider. que ya le habia disparado un tiro a quemarropa.
En la campaña de Tarapaca y Tacna siempre estuvo en primera linea liderando a sus huestes. Le mataron como 5 caballos y los tiros chilenos le dejaron la ropa con ventilacion extra, y personalmente liquido como a 8 chilenos con su espada o revolver.
En Miraflores varios tiros le perforaron el kepi y su capote. Finalmente una bala chilena lo hiere en la pierna al final del combate.
En la campaña de la Breña seguro que hubo muchas situaciones como la que describio Sicosiado.
Lo curioso de todo esto es que Caceres murio octogenario.
Saludos."...Como el sol apareces despues de la noche oscura"
Indio Ayacuchano a Caceres, despues de Huamachuco. 1883
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