Abro este hilo en respuesta al interés manifestado por el forista j en otro topic por mayor información respecto a enfrentamientos aéreos durante el conflicto entre estas naciones africanas.
GORDON, Yefim / FAMOUS RUSSIAN AIRCRAFT - MIKOYAN MiG-29 / Midland-Ian Allan Publishing, 2007
Hay muy poca información sobre este conflicto (y la que hay es poco confiable e incluso contradictoria) pero es lo que pude encontrar.
El conflicto más reciente en el cual se vio involucrado el MiG-29 es la disputa fronteriza entre Etiopía y Eritrea, el cual se ha avivado periódicamente desde 1991 cuando Eritrea (otrora una provincia del norte de Etiopía) logró su independencia. La manzana de la discordia la constituye la región fronteriza de Badme. La Unión Soviética había provisto ayuda militar a Etiopía en la década de los '70 y '80. Esta vez, Rusia entregó armas a ambos bandos. Entre otros insumos, un puñado de Su-27 de segunda mano fueron entregados a la Fuerza Aérea Etíope (EtAF), mientras que la Fuerza Aérea Eritrea (ERAF) buscó adquirir MiG-29s fuera de la CEI; por tanto, existe en este caso una situación bastante poco usual de aeronaves similares enfrentadas.
Adicionalmente, asesores militares e instructores rusos (o cuando menos, rusohablantes) estuvieron presentes en ambos países; los MiG-29 eritreos fueron adquiridos con asistencia del Coronel Vladimir Nefyodov, un antiguo representante de la empresa de exportación de armamento Rosvo'orouzheniye.
El 25 de febrero de 1999, Etiopía dio inicio a la Operación Sunset. Aviones MiG23BN alcanzaron blancos claves en Eritrea, incluyendo el centro logístico en Harsele, instalaciones de suministro de agua en Aseb y campos aéreos en Asmara y Aseb. Dos MiG-29 de la ERAF decolaron a fin de interceptar a los intrusos. Ubicarlos demostró ser sencillo y los 'Fulcrum' atacaron con misiles R-27, pero fallaron. En respuesta, los pilotos etíopes aparentemente solicitaron refuerzos, que llegaron en forma de cazas Su-27 pilotados por mercenarios rusos. Los eritreos intentaron zafarse pero los Su-27 los persiguieron y atacaron con misiles R-27. Ambos MiG fueron dañados por misiles que detonaron cerca de sus colas, lo que permitió a los Sukhoi darle el tiro de gracia a uno de ellos con un misil R-73. El piloto se eyectó y fue capturado. El otro MiG-29 (según se informa, pilotado nada menos que por el comandante de la Fuerza Aérea Eritrea, Brig. Gen. Habte Zion Hadgu) escapó pero se estrelló a tan solo unos 6km (3.72 millas) de Asmara: se desconoce el destino del piloto.
La mañana siguiente, los eritreos emparejaron el marcador: a medida que los ataques etíopes continuaban, un solitario MiG-29UB de la ERAF (pilotado por uno de los antiguos pilotos de la EtAF que permaneció en Eritrea en 1991) interceptó dos MiG-23BN, destruyendo ambos con misiles R-73. Poco después, sin embargo, dos Su-27 arribaron a la escena y dispararon dos R-27 contra el MiG. Algunos reportes indican que ambos misiles fallaron y que el contacto con el MiG-29 se perdió poco después. Sin embargo, fuentes etíopes aseguran que, a pesar de que los primeros dos misiles en efecto fallaron, la piloto del Su-27, Capitán Esteher Tolossa, atacó al caza eritreo bien fuera con misiles R-73 o cañones, derribándolo. Aunque este derribo persiste sin ser confirmado, el hecho es que solo uno de los dos MiG-29UB entregados a la ERAF fue visto otra vez desde entonces.
Poco tiempo después Etiopía lanzó la Operación Westwind, ejecutando fuertes ataques aéros contra posiciones eritreas en el frente de Mereb-Setit varias veces por día. El 18 de marzo, mientras aviones 'Fulcrum' eritreos intentaban repeler a los MiG-21 y MiG-23 que ejecutaban las misiones de ataque, fueron sorprendidos por dos Su-27 volando misiones de escolta. A medida que los dos primeros MiG-29 eritreos se aproximaron, los Sukhoi dispararon cuando menos dos R-27 a cada oponente. Nuevamente, un MiG-29 logró escapar pero el otro fue dañado y se estrelló, matándose su piloto.
De manera interesante, el conflicto fronterizo de 1999 entre Etiopía y Eritrea demostró una pobre performance del misil R-27 involucrado en la mayor parte de los derribos. el 'kill ratio' fue de solo 16.6%. De dieciséis R-27 cuyos detalles son conocidos, solo uno logró un impacto directo, tres o cuatro detonaron por proximidad y los resultados de otros dos permanecen sin confirmar, para cuatro derribos confirmados y uno sin confirmar. Cuando menos otros diez, pero probablemente 18, fallaron sus blancos o se rehusaron a abandonar el rail. Aún más sorprendentemente fue el hecho de que los mucho más experimentados pilotos mercenarios rusos y ucranianos no corrieran con mejor suerte. También sorprendió que ninguno de los R-27 disparados por MiG-29 eritreos lograra alcanzar su blanco. Reportes provenientes de ambas fuerzas aéreas enfatizan en que el manejo tosco durante el transporte, condiciones de almacenamiento precarias y armeros pobremente entrenados fueron responsables de tan lamentable desempeño.
Adicionalmente, asesores militares e instructores rusos (o cuando menos, rusohablantes) estuvieron presentes en ambos países; los MiG-29 eritreos fueron adquiridos con asistencia del Coronel Vladimir Nefyodov, un antiguo representante de la empresa de exportación de armamento Rosvo'orouzheniye.
El 25 de febrero de 1999, Etiopía dio inicio a la Operación Sunset. Aviones MiG23BN alcanzaron blancos claves en Eritrea, incluyendo el centro logístico en Harsele, instalaciones de suministro de agua en Aseb y campos aéreos en Asmara y Aseb. Dos MiG-29 de la ERAF decolaron a fin de interceptar a los intrusos. Ubicarlos demostró ser sencillo y los 'Fulcrum' atacaron con misiles R-27, pero fallaron. En respuesta, los pilotos etíopes aparentemente solicitaron refuerzos, que llegaron en forma de cazas Su-27 pilotados por mercenarios rusos. Los eritreos intentaron zafarse pero los Su-27 los persiguieron y atacaron con misiles R-27. Ambos MiG fueron dañados por misiles que detonaron cerca de sus colas, lo que permitió a los Sukhoi darle el tiro de gracia a uno de ellos con un misil R-73. El piloto se eyectó y fue capturado. El otro MiG-29 (según se informa, pilotado nada menos que por el comandante de la Fuerza Aérea Eritrea, Brig. Gen. Habte Zion Hadgu) escapó pero se estrelló a tan solo unos 6km (3.72 millas) de Asmara: se desconoce el destino del piloto.
La mañana siguiente, los eritreos emparejaron el marcador: a medida que los ataques etíopes continuaban, un solitario MiG-29UB de la ERAF (pilotado por uno de los antiguos pilotos de la EtAF que permaneció en Eritrea en 1991) interceptó dos MiG-23BN, destruyendo ambos con misiles R-73. Poco después, sin embargo, dos Su-27 arribaron a la escena y dispararon dos R-27 contra el MiG. Algunos reportes indican que ambos misiles fallaron y que el contacto con el MiG-29 se perdió poco después. Sin embargo, fuentes etíopes aseguran que, a pesar de que los primeros dos misiles en efecto fallaron, la piloto del Su-27, Capitán Esteher Tolossa, atacó al caza eritreo bien fuera con misiles R-73 o cañones, derribándolo. Aunque este derribo persiste sin ser confirmado, el hecho es que solo uno de los dos MiG-29UB entregados a la ERAF fue visto otra vez desde entonces.
Poco tiempo después Etiopía lanzó la Operación Westwind, ejecutando fuertes ataques aéros contra posiciones eritreas en el frente de Mereb-Setit varias veces por día. El 18 de marzo, mientras aviones 'Fulcrum' eritreos intentaban repeler a los MiG-21 y MiG-23 que ejecutaban las misiones de ataque, fueron sorprendidos por dos Su-27 volando misiones de escolta. A medida que los dos primeros MiG-29 eritreos se aproximaron, los Sukhoi dispararon cuando menos dos R-27 a cada oponente. Nuevamente, un MiG-29 logró escapar pero el otro fue dañado y se estrelló, matándose su piloto.
De manera interesante, el conflicto fronterizo de 1999 entre Etiopía y Eritrea demostró una pobre performance del misil R-27 involucrado en la mayor parte de los derribos. el 'kill ratio' fue de solo 16.6%. De dieciséis R-27 cuyos detalles son conocidos, solo uno logró un impacto directo, tres o cuatro detonaron por proximidad y los resultados de otros dos permanecen sin confirmar, para cuatro derribos confirmados y uno sin confirmar. Cuando menos otros diez, pero probablemente 18, fallaron sus blancos o se rehusaron a abandonar el rail. Aún más sorprendentemente fue el hecho de que los mucho más experimentados pilotos mercenarios rusos y ucranianos no corrieran con mejor suerte. También sorprendió que ninguno de los R-27 disparados por MiG-29 eritreos lograra alcanzar su blanco. Reportes provenientes de ambas fuerzas aéreas enfatizan en que el manejo tosco durante el transporte, condiciones de almacenamiento precarias y armeros pobremente entrenados fueron responsables de tan lamentable desempeño.
Hay muy poca información sobre este conflicto (y la que hay es poco confiable e incluso contradictoria) pero es lo que pude encontrar.